Cecily fue la primera en dar un paso al frente por parte de los Emerald Paladins. Su oponente: Pakira de los Symphoniacs.
"¡Que empiece el combate!" exclamó Anaxandra, alzando el brazo con energía.
"Es hora de demostrar quién merece seguir en el torneo", declaró Pakira, comenzando a mover las caderas en círculos con una elegancia casi hipnótica. "Puede que ayer os lucierais derrotando a esos moteros de pacotilla con un solo miembro… pero nosotros somos otra historia."
"¿Qué narices está haciendo?" preguntó Ashley, frunciendo el ceño al ver los movimientos sensuales de su rival.
"No tengo ni idea… pero parece que forma parte de su estrategia", respondió Ryan con gesto serio.
Sin mediar palabra, Cecily cayó a cuatro patas y liberó su modo Fenrir perfeccionado, con su cuerpo cubierto por un resplandor eléctrico.
"¿Sabéis?", continuó Pakira con tono enigmático, "cuando muevo mis caderas activo mi magia de manipulación. Hago que la energía fluya por mis vibraciones y se extienda bajo tierra… hasta darle forma y aspecto de… ¡serpientes!"
En cuanto lo dijo, tres grandes serpientes de roca emergieron del suelo, deslizándose con rapidez hacia Cecily.
Pero la ladrona no mostró ni un atisbo de miedo y se lanzó de frente contra la primera criatura. Su pierna, envuelta en chispas, ascendió con violencia en una patada ascendente que cerró de golpe la mandíbula de la serpiente. Sin darle tiempo a reaccionar, disparó una alabarda eléctrica desde su brazo, que atravesó el cráneo rocoso del monstruo, destrozándolo en mil pedazos.
Pakira chasqueó la lengua con frustración. "¡Es inútil!", gritó. "¡Mis creaciones son inmortales! ¡Mientras siga moviendo mis caderas… jamás se detendrán!"
La tierra vibró de nuevo mientras la cabeza destruida de la serpiente se regeneraba a gran velocidad, como si nunca hubiera sido herida.
"¿Es capaz de regenerar sus creaciones?" se sorprendió Hansel.
"Bueno, en el fondo tiene sentido. Al fin y al cabo, no está usando seres vivos… solo le está dando forma a cosas inertes", aclaró Marco, con tono analítico.
Cecily esquivó el mordisco de una serpiente, cayó sobre sus cuatro extremidades y las observó con calma. Ese detalle lo dejaba claro: no podía gastar energía luchando contra algo inmortal. Tenía que centrarse en el origen… en la invocadora.
"¡¡¡Al ataque!!!" gritó Pakira, meneando las caderas con más fuerza. Las tres serpientes se lanzaron de inmediato, perfectamente coordinadas, hacia su oponente.
Mientras se acercaban, Cecily tuvo un momento de duda.
"¿Debería usarlo…?" pensó, pero la imagen de Ashley derrotando a cuatro enemigos el día anterior se cruzó por su mente. "No. Contra alguien tan poco relevante… no merece la pena. ¡Puedo vencerla tal y como estoy ahora!"
Con esa decisión, se lanzó hacia las serpientes. Esquivó el primer mordisco con una voltereta lateral y cayó sobre el lomo de la criatura, desplazándose sobre su cuerpo con agilidad felina mientras las otras dos la perseguían sin descanso.
Su velocidad era prodigiosa. Se movía como un rayo, manteniéndose fuera del alcance de cada ataque, girando, saltando, rodando por los lomos de piedra. El público contenía la respiración ante aquella demostración de destreza.
"Maldición… ¿¡Por qué ninguna le da!?" gruñó Pakira, acelerando el movimiento de sus caderas. De inmediato, una cuarta y una quinta serpiente emergieron del suelo, uniéndose al ataque.
Pero fue inútil.
No importaba cuántas creara. La velocidad de la portadora del Fenrir era simplemente inalcanzable. Cecily esquivó todos los embates sin una sola rozadura, y en un último impulso, saltó con toda su fuerza hacia Pakira.
Sus manos se cubrieron de electricidad pura, condensando una gigantesca arma de energía chispeante.
"¡THUNDER STOMP!" gritó, descargando el martillo relampagueante sobre su oponente.
El golpe fue brutal. Pakira cayó al suelo de inmediato, inconsciente, con ligeras quemaduras sobre la piel y el suelo resquebrajado bajo su cuerpo.
"¡Esa técnica fue nueva!" exclamó Ryan, entusiasmado.
"¡Ya te digo!" sonrió Marco.
"¡La ganadora del primer combate es…! ¡¡¡Cecily de Emerald Paladins!!!" anunció Anaxandra, señalando a la joven.
"¡Toma ya!" celebró Theo desde las gradas. "¡Vamos genial!"
"¡Si seguimos así seguro que llegamos a la final!" gritó Lily, sonriente, sentada sobre la cabellera del pequeño.
Cecily bajó del escenario con paso firme y vio a Ashley alzándole la mano.
"¡Bien hecho!" la felicitó su compañera, chocándole los cinco.
"Por supuesto. ¡No pienso decepcionaros!" respondió ella con una sonrisa confiada.
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Debido a la magia descontrolada de Pakira, el cuadrilátero había quedado hecho un auténtico desastre. Antes de continuar con el torneo, los restauradores entraron rápidamente en acción. Usando su magia, devolvieron la arena a su estado original en un corto plazo de tiempo.
Solo fueron necesarios cinco minutos de pausa. Lo más importante en el torneo era garantizar la seguridad de los participantes, y una arena dañada no ofrecía ninguna garantía.
"¡Ahora que todo está listo, es hora del segundo round!" exclamó Anaxandra con entusiasmo. "¡Que suban los siguientes combatientes!"
"¡Me toca!" dijo Hansel, subiendo al escenario con una sonrisa de oreja a oreja.
"Iré yo… El maravilloso Mike Whatson", anunció su contrincante, un hombre vestido con un impecable traje blanco y sombrero negro, que subía al escenario haciendo el moonwalk con total desparpajo.
Anaxandra no pudo evitar clavar la vista en el joven de los Emerald Paladins mientras se acercaba a la arena.
"No me cabe la menor duda… Es idéntico a Gretel. Solo se diferencian en la mirada", pensaba, con el corazón latiéndole más deprisa. "Es... su hermano gemelo. Debería... debería pedirle ayuda y detener a mi madre."
Sacudió la cabeza y se obligó a centrarse en su papel. No podía arriesgarse a llamar la atención de la Iglesia. Tenía que mantener la compostura.
"¡El segundo combate será entre Hansel de Emerald Paladins y Mike de Symphoniacs!" anunció con voz vibrante. "¡Que comience la batalla!"
Ambos luchadores se miraron fijamente, en silencio, aguardando el primer movimiento del otro.
"Oh… espera", dijo de pronto Mike Whatson, ladeando la cabeza. "¿No te vi ayer con unas gafas, paseando por la ciudad?"
Hansel frunció el ceño, confundido. "¿Qué has dicho?"
"Sí, sí... Te vi comiendo con alguien, y luego te fuiste solo entre la multitud. Pero juraría que tu mirada era más tranquila… y que llevabas gafas", recordó Mike, rascándose la nuca.
"Gretel…" murmuró Hansel, helado.
"¿Ha dicho lo que acabo de escuchar?" pensó Anaxandra, tragando saliva con dificultad.
"¿Dónde lo viste?" preguntó el gemelo con urgencia.
"Cerca del restaurante de carne asada en la calle principal. Pero… ¿por qué? ¿No eras tú?", preguntó Mike, visiblemente confundido.
"¿Con quién estaba?" insistió el usuario de viento.
"No lo sé… Llevaba ropas del clero, pero no le vi bien. Estaba de espaldas."
Hansel tragó saliva, sus ojos comenzaron a temblar. Buscó a Marco entre el público, intentando encontrar una señal, una respuesta.
"Lo siento", dijo de pronto. "No puedo continuar con esto. Necesito encontrar a mi hermano."
"¿Hansel?" murmuró Marco, sobresaltado.
Sin esperar ni un segundo más, el joven canalizó su magia de viento y salió disparado hacia el cielo, abandonando la arena a toda velocidad.
"¡Hansel!" gritó Cecily con el rostro desencajado.
"Pero... ¿este tío?" murmuró Ryan, completamente anonadado.
"Mierda..." masculló Marco, observando cómo su paladín salía volando del coliseo.
Anaxandra respiró hondo y, aunque su voz temblaba ligeramente, mantuvo el tono oficial:
"Pues... sintiéndolo mucho, esto cuenta como abandono. Por lo tanto, la victoria es para Mike de Symphoniacs, ¡empatando el marcador con una victoria para cada equipo!"
Sin embargo, a los Emerald Paladins el resultado parecía importarles muy poco en ese momento. Sus pensamientos estaban con Hansel, invadidos por una inquietud creciente.
"¿Qué hacemos?" preguntó Ashley, mirando a sus compañeros. "¿Vamos tras él?"
"Pero... si nos vamos ahora, nos descalificarán," señaló Cecily, aún indecisa.
"Es cierto... pero en el estado mental en el que debe estar Hansel, no podemos dejarle solo. Podría hacer cualquier locura," añadió Ryan, apretando los dientes con preocupación.
"No pasa nada. Acabaremos esto rápidamente," dijo Marco, dando un paso firme hacia la arena.
"¡Y parece que el líder de los Emerald Paladins será el siguiente en combatir!" anunció Anaxandra, intentando levantar el ánimo del público tras la inesperada huida de Hansel. "¿Responderán los Symphoniacs con la misma determinación?"
Ante la provocación, la líder del equipo rival, Melodía, subió al escenario sin pensárselo dos veces.
"Por supuesto. Una diva es valiente y poderosa... y mi vida es como un jardín lleno de espinas y rosas," declaró mientras subía con elegancia por las escaleras. "Y por eso, nunca le digo que no a un verdadero reto."
"¡Marco de Emerald Paladins contra Melodía de Symphoniacs! ¡Qué empiece el combate!" exclamó Anaxandra con entusiasmo renovado.
"Lo siento, joven, pero pasaremos a la siguiente ronda. ¡No subestimes a esta diva!" gritó Melodía, haciendo girar su cabello con fuerza hasta formar un poderoso tornado de viento que se lanzó directo hacia Marco.
"No, discúlpame tú a mí," respondió nuestro protagonista tranquilamente.
"¿Y eso por qué?" preguntó confundida.
En un instante, Marco apareció frente a ella. Sus puños, envueltos en llamas intensas, descendieron vertiginosamente sobre la cabeza de su oponente, estampándola contra el suelo con un estruendo seco. Melodía quedó completamente noqueada de un solo golpe.
"Por las prisas… y por tomármelo tan en serio," dijo el joven, girándose mientras el silencio del público se transformaba en un rugido de euforia. "Pero... mi amigo necesita ayuda."
"¡Y el ganador es Marco! ¡Lo que convierte a los Emerald Paladins en los primeros clasificados del bloque C para el tercer día del torneo!" anunció Anaxandra alzando la voz. "¡Un fuerte aplauso para ellos!"
La multitud estalló en vítores y ovaciones, pero los Emerald Paladins no se quedaron a disfrutarlo. Se miraron entre sí, asintieron y salieron corriendo de la arena.
Tenían que encontrar a su amigo lo antes posible.
"¿Se van?" preguntó Futao desde su posición en la arena, alzando una ceja.
"Eso parece... Al fin y al cabo ya han cumplido con su enfrentamiento. No hay ninguna norma que les obligue a quedarse," explicó Shouri con calma.
"Imagino que se habrán preocupado por su compañero, el del viento," reflexionó Kanu, cruzándose de brazos.
"Sea como sea, ahora no son nuestro problema. Lo que debemos hacer es ganar hoy... y derrotarlos mañana," sonrió la líder de Hikari no Umi con determinación. "Porque Marco... pienso vencerte y obligarte a decirme qué trama Morgana."
Continuará...
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