El segundo día del torneo dio comienzo. En estos momentos, los combates del Bloque A estaban a punto de iniciar, siendo los primeros en llegar a la arena los Love Guardians, quienes en secreto eran sacerdotes del Génesis, a merced de Su Santidad Aspasia.
Anaxandra, con el dado en la mano, lo arrojó al centro del escenario. La pantalla reflejó el resultado, que, para sorpresa de todos, fue un 1.
"¡El primer duelo se decidirá en un combate de uno contra uno!" exclamó Anaxandra con entusiasmo. "¡Que suba un jugador de cada equipo al cuadrilátero!"
"¿Quién va?" preguntó Pinoccio, sacándose una astilla de la nariz con el meñique.
"Yo paso, ya lo hice ayer", dijo Augvag con desgana.
"Y yo me acabo de alisar el pelo, y no me viene nada bien pelear ahora", añadió Lovette, cruzándose de brazos con gesto de fastidio.
"No os preocupéis, mis queridos compañeros de equipo", dijo Antonia dando un paso al frente con una sonrisa orgullosa. "Hoy es un día especial, porque esta mañana lavé mis braguitas moradas de la suerte, y se secaron justo a tiempo para llevarlas puestas. Por eso, mi victoria está más que asegurada."
"Que sí, pesada... Pero gana", murmuró Lovette, sin apartar la mirada del escenario.
"¡Hoy... ganaré, pero el corazón de un buen macho con pelo en pecho que me empotre contra la dura pared de hormigón de mi habitación!" gritó motivada, subiendo de un salto al cuadrilátero con una pose dramática.
"Qué pava..." suspiró Pinoccio, llevándose una mano a la cara.
Al mismo tiempo, un anciano de bigote poblado, que no medía más de un metro de altura, subía al escenario con sorprendente dignidad. Era el representante del equipo rival.
"¡Ya tenemos a nuestros luchadores!" anunció Anaxandra. "¡Antonia de los Love Guardians contra Bottle de los Plastic Bags! ¡Que dé comienzo el combate!"
El anciano alzó las manos, liberando un par de esferas de luz que comenzaron a disparar rayos láser hacia la sacerdotisa del Génesis. Ella, sin mostrar la más mínima preocupación en su rostro, empezó a bailar ballet para esquivar los disparos.
El público, al verla —una cuarentona poco agraciada que intentaba lucir joven vestida de colegiala—, no pudo evitar estallar en carcajadas. La forma en que se movía resultaba tan absurda que la mayoría reía a mandíbula batiente. Sin embargo, con el paso de los minutos, todos comenzaron a notar lo increíble: ni un solo disparo la alcanzaba.
"Es increíble...", murmuró Marco desde su sala de espera.
"Ya te digo... Pese a su aspecto y esa forma cómica de moverse... está esquivando todo con suma precisión", comentó Hansel con asombro.
"Fíjate que me sigue pareciendo una rarita de cojones, pero tengo que elogiar su forma tan antinatural de esquivar ataques", añadió Ashley, cruzada de brazos.
Bottle, frustrado por no haber acertado ni un solo disparo, duplicó la cantidad de esferas.
"¡A ver qué te parece esto!" gritó el anciano, intensificando el bombardeo.
Sin dejar de bailar, Antonia los esquivaba con gracia. "Mi danza de apareamiento ya habrá levantado los miembros viriles de varios varones del público... Así que ha llegado el momento de finalizar esto y reclamar lo que es mío", dijo avanzando hacia su enemigo sin sufrir un solo rasguño.
"Ahí va", dijo Pinoccio con resignación.
"No por nada es la alumna favorita de Kinaidos. Es una de las mejores magas de potenciación de toda la iglesia", comentó Augvag con los brazos cruzados.
"Aunque podía haber centrado su magia en algo más... agradable", suspiró Lovette, llevándose la mano a la cara.
Antonia danzaba con decisión. Cuando la distancia entre ella y su rival fue lo bastante corta, se giró de espaldas, saltó, levantó la falda y le plantó el culo a escasos centímetros de la cara.
"¡Magia de potenciación: Flatulencia huracanada!" exclamó.
Un pedo amplificado por magia salió disparado como una ráfaga de viento infernal, lanzando al anciano por los aires. Bottle salió volando del cuadrilátero y se estampó brutalmente contra la pared de la arena, cayendo al suelo completamente inconsciente.
"¡Muacks! ¡Este culo es del primer hombre que me lo coma!" gritó Antonia, dándose un azote en la nalga como símbolo de victoria.
"Esta tía..." murmuró Pinoccio, sin palabras.
"¡La ganadora es... Antoniaaa! ¡Por lo tanto, el equipo que pasa a la ronda de mañana son los Love Guardians!" anunció Anaxandra, eufórica.
El público estalló de emoción. Aunque algunos se tapaban la nariz o hacían muecas de asco. Y no eran los únicos. Entre los protagonistas, Ashley estaba tan indignada que se encontraba tirada en el suelo, rodeada por un aura deprimente.
"¿P-Por qué ridiculizar así la magia de potenciación...?" sollozaba, en estado de shock.
"Ánimo, ánimo..." le decían Cecily y Ryan, dándole palmadas piadosas en la espalda para ayudarla a levantarse.
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Sala de espera de Takashi.
Mientras los combates seguían desarrollándose, el joven monje de Akitazawa permanecía inquieto, con la mirada fija en la pantalla. Con Jasper, su arma mítica en forma de lagartija, descansando en su hombro izquierdo.
"¿Qué te ocurre?" le preguntó Carter.
"¿Estás de bajona por algo que no sepamos?" añadió Lola, sentándose a su lado.
"No..." respondió con desgana.
"Bueno jefe, si te sirve de consuelo, recuerda que estamos aquí para ganar y que Aspasia conceda tu deseo de estar con Keipi y ser felices para siempre", dijo Carter, sonriéndole con ánimo.
"¿Y no es por ese Keipi por quien estás así?" intervino Viktor.
De pronto, el rostro de Takashi se tensó, sorprendido. Su compañero había dado en el clavo.
"Acertaste", confirmó Lola. "¿Se puede saber qué te pasa ahora?"
"¿Es porque no está presente?" preguntó el invocador de lobos.
"Es más bien la situación en sí", admitió Takashi. "No esperaba volver a encontrarme con mis nuevos amigos tan pronto, y eso me ha generado una estúpida ansiedad por querer ver a Keichiro. Pero él no está... y ni siquiera sabrá que estoy aquí."
"Entiendo..." murmuró Viktor.
"Están pasando los días y no le veo... Y me da miedo no ser capaz de volver a abrazarlo antes de que nos vayamos una vez termine el torneo", añadió, suspirando con tristeza.
"Ay, cómo se nota que estás enamoradito", bromeó Lola con dulzura mientras le daba un abrazo reconfortante.
"No te preocupes, ya sabes cómo es Keipi. Estoy seguro de que volverá a tiempo y hasta podréis tener un momento a solas. ¡Confía!", dijo Carter con una sonrisa confiada.
"¡Eso, jefe! ¡Tú puedes!" animó Viktor con energía.
"Gracias, chicos... Ahora sigamos viendo a nuestros futuros rivales", respondió Takashi con una sonrisa más relajada.
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Más tarde.
Los enfrentamientos del bloque A y el bloque B habían llegado a su fin. Tal y como se había pronosticado, el equipo de Terón logró clasificarse sin demasiados problemas para la siguiente ronda. Ahora, era el turno del bloque C.
Nuestros protagonistas salieron a la arena bajo la mirada atenta del público. Cruzaron miradas con los tres miembros de Hikari no Umi, a quienes saludaron levantando el brazo en señal de respeto.
Una vez en sus posiciones, Anaxandra alzó la voz: "¡Symphoniacs y Emerald Paladins, acercaos al cuadrilátero!"
Ambos equipos obedecieron.
Era momento de lanzar el dado y determinar cuántos combates se celebrarían en esta jornada. Con firmeza y una sonrisa entusiasta, la presentadora lo arrojó al aire. Este rodó hasta detenerse en una cara marcada con un número tres.
"¡Será una ronda de tres contra tres!" anunció Anaxandra con energía. "¡Elegid a vuestro primer combatiente!"
El grupo se miró entre sí. La primera en dar un paso al frente fue Ashley.
"Bueno, creo que es hora de ganar otra vez", dijo, haciendo crujir sus nudillos con entusiasmo.
"Ash... Si subes hoy al cuadrilátero, te quedas sin cenar", la detuvo Marco con seriedad.
"¡Noooo! ¡Todo menos las alitas barbacoa picante con patatas fritas de esta noche! ¡No seas cruel, jefazo!" rogó ella, cayendo de rodillas teatralmente.
"Entonces no luches. Ayer ya brillaste tú", le recordó Marco. "Hoy deja que los demás tengan su momento."
"Está bien... pero a cambio, ¡quiero repetir ración esta noche!" dijo Ashley con una sonrisa golosa.
"Trato hecho", asintió Marco.
"Entonces, ¿quién va primero?" preguntó Ryan.
"Quizá debería ser yo", propuso Hansel con calma.
"¡Na!", exclamó Cecily con una sonrisa, subiendo de un salto al cuadrilátero. "¡Es hora de empezar a valorarme un poco más! ¡Este primer combate es mío!"
"¡Dale! ¡Confiamos en ti!" la animó Marco.
"¡Hazlo por las alitas de pollo!" gritó Ashley con entusiasmo.
Desde el equipo rival subió una mujer de cabello rubio vestida con ropajes orientales. Iba descalza y un velo cubría la mitad inferior de su rostro, dejando sólo sus intensos ojos al descubierto.
"¡El primer combate será entre Cecily de Emerald Paladins y Pakira de Symphoniacs!" anunció Anaxandra con voz potente. "¡Que comience la batalla!"
"Prepárate, moza. Vas a conocer el poder de la danza del vientre", dijo Pakira con una sonrisa enigmática.
"Eso está por ver, amiga", replicó Cecily, liberando su forma Fenrir con determinación.
Continuará...
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