domingo, 17 de noviembre de 2024

Ch. 14 - Enfrentamiento contra los Homúnculos

Al llegar al castillo de Baba Yagá, nuestros protagonistas fueron divididos en dos grupos. Y actualmente ambos se están enfrentando a los homunculos creados por la bruja.

Sin saber ninguno de ellos que fueron engañados por dos miembros del grupo de ladrones LGBT para rescatar a sus camaradas.

Cocina.

Wolf observaba con calma a su oponente mientras este se reincorporaba al combate con los puños envueltos en llamas, cuyo calor comenzaba a distorsionar el aire que había a su alrededor.

"Parece que ahora ya empiezas a valer la pena como rival." gruñó el hombre lobo, relamiéndose los labios cubiertos de ácido.

Marco no respondió. En lugar de palabras, dejó que sus acciones hablaran por él. Con un rápido movimiento hacia adelante, lanza un ardiente directo con su puño derecho hacia el torso del oponente.

Este lo bloqueó con su garra, pero al hacerlo, una explosión de fuego lo sacudió obligándolo a retroceder mientras soltaba un leve gruñido.

"¡Eres increíble Marco!" exclamó el hada. "Ha aprendido a luchar de una nueva forma durante el combate."

"¿En serio? Eso demuestra que es un tío fuertísimo." comentó Lesbiana, con brillo en su mirar.

"¡Nada mal!" exclamó Wolf dando un salto para atrás. "Pero no es suficiente contra mí." dijo, lanzándose hacia nuestro protagonista con ambas garras extendidas.

El hombre lobo avanzó como un relámpago, sus afiladas uñas cubiertas de ácido iban dejando un chisporroteante rastro tras de sí mientras se movía de manera aleatoria por toda la cocina. Marco, con los sentidos agudizados por la adrenalina, consigue esquivar el primer zarpazo con un movimiento lateral.

No obstante, Wolf giró sobre su eje en pleno ataque, lanzando una segunda cuchillada de manera horizontal que apenas pudo bloquear al cruzar sus brazos cubiertos en ardientes llamas.

El impacto resonó por la sala. Ninguno de ellos se quería rendir. Nuestro protagonista mantenía las llamas al máximo para que no desaparecieran mientras que el oponente usaba sus fuerzas para sobrepasar aquella defensa.

De pronto, el ácido comenzó a corroer lentamente su escudo de fuego.

"No puedo seguir defendiéndome..." pensó usando el fuego en sus talones para alejarse de su oponente y ganar algo de espacio.

"¡Vamos, Marco!" gritó Lily desde un rincón. "¡No dejes que te derrote ese saco de pulgas gigante!"

"¡Eso! ¡He dormido en contenedores de basura con mejores olores que él!" agregó Lesbiana.

Aprovechando la velocidad que le otorgaba el fuego en sus talones, Marco carga hacia adelante cubriendo su puño con las llamas más feroces que había logrado reunir hasta el momento.

Wolf intentó interceptarlo con un golpe descendente de sus garras, pero nuestro protagonista lo esquivó por debajo y conectó un potente uppercut directo al mentón del hombre lobo, acompañado de una explosión ígnea.

Aquel ataque iluminó toda la cocina por unas milésimas de segundo. Y el homúnculo salió despedido hacia atrás, chocando contra uno de los robustos muebles de madera que decoraban la cocina. Lesbiana y Lily se miraron sorprendidas.

"¡Lo ha conseguido!" exclamó la mujer. "¡Ese golpe fue la leche!"

"¡Ya te digo, tía!" sonrió el hada chocando su mini mano con el dedo de su nueva amiga.

Marco apagó las llamas que envolvían su cuerpo y lentamente se acercó a Wolf.

"Ganaste..." dijo el hombre lobo con su morro empapado en sangre y bastante agotado. "Ese golpe fue muy bueno, así que... podéis salir de aquí."

Tras susurrar aquellas palabras las ventanas y puertas reaparecen como por arte de magia.

"Has sido un buen oponente. Gracias por permitirme aprender mientras me enfrentaba a ti." le dijo Marco como despedida mientras se alejaba lentamente de él.

"No me podré levantar durante un rato... lo siento, maestra." pensó el hombre lobo.

Y así, los tres consiguieron salir de la cocina.

Batalla en la Cocina del Castillo de Baba Yagá.

Marco vs Wolf.

Ganador: Marco.

________________________________________________________

Unos minutos antes de la victoria de Marco.

La sala de fiestas del castillo era un escenario surrealista que mezclaba la belleza y el caos. El agua que cubría el suelo creaba un reflejo distorsionado de las enormes lámparas de araña que colgaban del techo.

Keipi corría con agilidad sobre la capa de agua mientras esquivaba los ataques de los peces explosivos que eran invocados de los portales. Y si alguno se le acercaba más de la cuenta utilizaba a Priscilla para cortarlos vertiginosamente.

Poco a poco la sala se iba llenando de una luz difusa, producto de los reflejos del agua que lo iban convirtiendo en un ambiente distorsionado. El sonido de los estadillos retumbaban en los oídos del monje cuando estos se producían cerca de él. Sin embargo, conseguía mantener firme su equilibrio y afinados sus sentidos para no ceder al mareo continuo que esto podía producirle.

"Keipi, ¿Te has dado cuenta?" le dijo telepáticamente Priscilla.

"¿El qué?" preguntó curioso.

"Parece que sus ataques son para alejarte de él..." comentó la espada. "Es como si no quisiera que te acercaras."

"Tienes razón..." pensaba el joven... "¡Claro! ¡Es por eso! ¡Su caña!"

"Es verdad... Hay magos que sin catalizadores no son capaces de hacer emerger su magia, por lo que es posible que este sea el caso de ese tipo vendado." comentaba Priscilla. "Tenemos que buscar la manera de acercarnos a él y partir por la mitad esa cosa."

De pronto el agua que cubría el suelo comenzó a agitarse de forma descontrolada. Los portales que estaba invocando Fisher habían comenzado a volverse más grandes y peligrosos.

Un estruendo retumbó en el aire y de uno de ellos emergió un gigantesco cangrejo cuyas pinzas eran hachas afiladas de metal. Este, con su caparazón blindado, avanzó hacia nuestro protagonista a una velocidad sorprendente, disparando uno de sus filos con una fuerza devastadora.

"¡Cuidado!" gritó Gay escondido tras la columna.

Keipi ya anticipó este ataque al ver como aparecía semejante artrópodo salía de la nada, por lo que dejó de correr y utilizó el agua para deslizarse sobre él como si estuviera surfeando. Lo que le permitió desplazarse por la sala a velocidades sobrehumanas.

Gracias a esto pudo evitar fácilmente el ataque del cangrejo y acercarse a él lo suficientemente cerca como para incrustar la punta de su katana en una de sus articulaciones, lugares que eran más débiles y carecían de un caparazón.

Generando en dicho punto un dragón de agua presurizada desde Priscilla, que destrozó la mitad de las patas del cangrejo en cuestión de segundos. Haciendo que el monstruo quedara completamente inutilizado al carecer de capacidades de movimiento.

"¡Eso es increíble! ¡¿Cómo hemos tenido tanta suerte de toparnos con dos tíos tan fuertes?!" celebraba Gay mostrando admiración por el monje.

Mientras el cangrejo desaparece lentamente al entrar de nuevo en su dimensión, un sonido metálico corta el aire, captando toda la atención de nuestro protagonista.

Un grupo de delfines emergió del agua, y de sus bocas salieron ametralladoras que comenzaron a disparar sin piedad alguna. Keipi reacciona lo suficientemente rápido como para meter la punta del filo de Priscilla en el agua y alzarla al aire levantando una poderosa capa de protección de este líquido.

El muro de agua se erguía frente el monje como una barrera impenetrable. Las balas disparadas por los seres marinos se estrellaban contra la protección, dispersándose en gotas que caían al suelo.

Keipi gira sobre sí mismo con Priscilla en mano, redirigiendo todo el agua de su alrededor para generar una corriente imparable que se convirtió en un poderoso torrente que arrastró a los delfines hasta llevarlos ante Fisher.

El homúnculo saca de nuevo su caña para hacer desaparecer a los mamíferos que había ante él y se preparó para invocar su bestia más poderosa. Por lo que alzó sin duda alguna su catalizador y reunió todo su poder mágico en él.

Pero el monje fue más listo. Aprovechando su nueva habilidad para surfear sobre el agua, se acercó vertiginosamente a él y logró cortar con su espada la gruesa madera del utensilio dimensional del oponente.

"M-Mi.... caña..." comentó.

Sin perder el tiempo, Keipi comienza a atraer todo el agua que había en la sala hacia el filo de su katana, condensándolo lentamente en un poderoso dragón que dispara hacia su oponente sacudiéndolo brutalmente hasta estamparlo contra una de las columnas de la sala.

"Mierda... Fui... derro...tado..." dijo perdiendo la conciencia.

"¡Cómo molas, Keipi! ¡Sabía que podía contar contigo!" comentó Gay. "¿Quieres un beso como premio?"

"No gracias." respondió con una sonrisa.

"¡Como me prende que seas tan indiferente conmigo!" exclamó el hombre.

Batalla en la Sala de fiestas del Castillo de Baba Yagá.

Keipi vs Fisher.

Ganador: Keipi.

De pronto las puertas y ventanas volvieron a aparecer de la nada, aportándole al lugar la belleza que le faltaba. Los dos se miran sorprendidos y acto seguido emprenden su camino hacia la salida.

________________________________________________________

Pasillo principal del castillo.

Dos de sus puertas se abrieron al unísono. De una de ellas salía el grupo de Marco que provenían de la cocina, mientras que de la otra salieron Keipi y Gay.

No tardaron mucho en cruzar sus miradas y esbozar en sus rostros leves sonrisas de alivio y alegría de ver a sus compañeros sanos y salvos.

Gay y Lesbiana se abrazaron entre lágrimas mientras la hada los miraba con cara de sorpresa, por otra parte nuestro protagonista y su mano derecha chocaron puños para celebrar sus victorias contra los homúnculos.

Entonces, antes de que pudieran hablar largo y tendido una puerta negra con detalles dorados emergió de la nada, como si los invitase a pasar.

Marco mira a todos sus compañeros y todos asienten, dejando claro que están listos para encontrarse con el jefe final del castillo.

Abren la puerta y entran a una inmensa sala oscura.

De pronto las paredes se convierten en humo violeta que empieza a rotar de manera continuada mientras que en el cielo aparecen colgados de las muñecas con cadenas doradas los dos compañeros de Gay y Lesbiana: Bisexual y su líder, Transexual.

"¡Jefa! ¡Compadre!" gritaron al verlos.

"¡Malditos niñatos! ¡Habéis inutilizado a mis dos hijos! ¡Me lo vais a pagar caro!" exclamó la anciana emergiendo del humo con un rostro que mostraba que realmente estaba molesta.

Keipi vuelve a tomar en su mano la forma de katana de Priscilla mientras que Marco cubre sus puños con fuego.

"¡Saldremos de esta!" exclamó nuestro protagonista decidido.


Continuará...