jueves, 12 de diciembre de 2024

Ch. 40 - LGBT vs Ruchbah

Cuarto piso de la Torre de Babel.

Tras la intensa batalla contra las hermanas Schedar  y Caph, Ashley y Keipi regresaron a la entrada del piso, donde sus dos compañeros los esperaban con una ligera sonrisa, todavía heridos pero al menos seguían conscientes.

"Habéis estado increíbles..." les alababa Lana, esforzándose por incorporarse a pesar del evidente dolor en su cuerpo.

"Aunque esas dos petardas no lo pusieron fácil..." respondió Ashley, soltando un suspiro mientras se agachaba para cargar a Maurice sobre su espalda. "Lo importante es que ya no serán un problema."

Keipi sonrió despreocupadamente mientras ayudaba a levantar a Lana. "Debo reconocer que al menos estoy haciendo realidad todas las técnicas en las que estuve pensando desde que salimos de casa del pintor, y ninguna me ha ido mal."

"Sí tío, estuvieron increíbles. Pensé que me robarías todo el protagonismo en la pelea." añadió Ashley, algo más cómoda ya que tuvo sus momentos de gloria durante el enfrentamiento.

"Por cierto... ¿Cómo llegastéis aquí tan tarde?" preguntó Maurice, jadeando por los dolores.

"La verdad es que nosotros no fuimos teletransportados y nos tocó venir a pata desde el segundo piso." explicaba Keipi, con un tono más centrado. "Por suerte, la tercera planta estaba vacía. Y debido al estado actual de Zafira, no tiene el poder para mantener las pruebas de pisos activas."

"Entonces creo que ahora mismo no tenemos otra opción, " dijo Ashley, mientras apartaba el sudor de su frente con el dorso de la mano. "Volvamos al segundo piso y esperemos al resto ahí. Siendo el punto en el que nos separamos y dónde se encuentra Zafira, será más fácil volver a verlos allí que buscarlos personalmente."

Maurice asintió débilmente. "No es como si pudiéramos hacer mucho más en este estado."

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Quinto piso.

La pradera paradisíaca, ahora teñida por la tensión del combate, se llenaba de pétalos afilados que danzaban en el aire, reflejando la luz solar como pequeñas cuchillas asesinas. Ruchbah flotaba con arrogancia, girando su flor roja entre los dedos mientras observaba a sus adversarios con una sonrisa burlona.

"Cómo sois las feas, ¿Es que acaso es todo lo que tenéis? ¿No sois capaces de entretenerme un poquito más?" preguntó con desdén, haciendo un ademán casual con la mano. Al instante, más pétalos surgieron a su alrededor, creando un remolino letal que rodeó a sus víctimas. "Si no vais a darme el show que mi belleza merece, al menos dadme la satisfacción de oír vuestros quejidos de dolor."

Lesbiana se esforzaba por mantener una barrera mágica que los protegiera del ataque, pero las finas grietas que comenzaban a formarse en su superficie se iban haciendo más visibles. "¡Chicos! ¡No creo que pueda aguantar mucho más!" gritó, apretando los dientes mientras empujaba con fuerza.

"¡No podemos seguir parados como unos idiotas!" exclamó Cecily, que había estado observando los movimientos del enemigo con atención. "Voy a salir e intentar encargarme de ese carapolla."

Antes de que nadie pudiera detenerla, la líder de los ladrones dio un paso hacia adelante canalizando su energía mágica. En milésimas de segundo, su cuerpo se envolvió en electricidad, y pequeños rayos chisporroteaban a su alrededor.

"¡Transexual, espera!" exclamó Gay, alarmado y preocupado.

"¡No hay tiempo para esperar!" respondió con determinación. Los colgantes con llaves amarillas, que colgaban de los cuellos de los ladrones como amuletos, comenzaron a emanar un tenue brillo, algo que no pasó desapercibido para Lily.

"¿Qué es eso?" preguntó la hada, señalando el collar que colgaba del cuello de Cecily, pero la ladrona no respondió. Sus ojos estaban fijos en Ruchbah. Sin perder un segundo, su cuerpo se envolvió en chispas eléctricas que crepitaban con intensidad, y con un movimiento vertiginoso, se lanzó hacia el enemigo.

Ruchbah reaccionó con elegancia, girando su flor roja entre sus dedos. Los pétalos se reunieron en un torbellino que tomó forma frente a él, bloqueando el impacto inicial. Sin embargo, Cecily no se detuvo. Sus puños electrificados rompieron la barrera de pétalos, enviando una descarga hacia el torso del Caído, que logró esquivarla en el último momento con un elegante salto hacia atrás.

"Qué chispa tenéis las feas arrogantes," dijo el enemigo, con una sonrisa burlona mientras no paraba de girar la flor entre sus dedos.

Sin esperar respuesta, los pétalos se concentraron en una ráfaga afilada que golpeó a la ladrona de lleno, estampándola contra el suelo con una fuerza que hizo temblar la pradera. Cecily gruñó de dolor, intentando levantarse mientras una grieta se abría bajo ella por el impacto.

"¡Sé devorada, fea!" exclamó el Caído, alzando su mano. 

Una gigantesca planta carnívora emergió del suelo, abriendo sus mandíbulas llenas de colmillos afilados. La criatura rugió con un sonido gutural mientras se lanzaba hacia Transexual, que apenas tuvo tiempo de alzar una chispa de electricidad en su defensa.

"¡No vas a comerte a nuestra jefa!" gritó Bisexual, invocando un portal justo a tiempo. Este se abrió bajo el cuerpo de su líder y, en un instante, desapareció de las fauces de la criatura, reapareciendo al lado de su compañero.

"Gracias, Bi. " murmuró Cecily, sacudiéndose el polvo mientras recuperaba el aliento.

"De nada, pero... ¿Qué vamos a hacerr ahora? No parece que nuestras técnicas estén funcionando." respondió Bisexual.

"¡Dejadme intentarlo!" intervino Gay, sacando un libro de su mochila. Con un beso rápido sobre su cubierta, una figura se materializó frente a ellos. era el Príncipe azul, un caballero alto y esbelto con una armadura brillante y un florete en la mano. "¡Rey de mi corazón y de mi querídisimo agujero secreto, muéstrales lo que puedes hacer!"

La invocación cargó ferozmente hacia Ruchbah, desviando todos los pétalos que se le aproximaban con movimientos precisos de su espada. Aunque logró acortar las distancias, la cantidad abrumadora de ataques lo superó, y el príncipe fue destrozado en una explosión mágica que lo devolvió al libro del que había salido.

"Joder... Esto es inútil..." murmuró Lesbiana, utilizando todas sus fuerzas para concentrar la energía en la barrera que tenía alzada.

Cecily quedó en silencio por unos segundos mientras observaba la llave que tenía colgada en el cuello. Entonces miró a Lily y su expresión se endureció. "Oye, renacuaja, necesito que hagas algo por mí. Pero no me preguntes nada, ¿Vale?"

La hada parpadeó confundida. "¿Cómo que renacuaja? ¿Y qué quieres que haga yo?"

Cecily aprovechó un momento de distracción en la batalla para actuar. Con una determinación feroz, arrancó de un tirón el collar de su cuello, entregándole la llave a Lily. “Necesito que hagas algo por mí,” dijo en voz baja, mirando fijamente a la pequeña hada. “Introduce esta llave en uno de los cerrojos que tengo tatuados en la espalda, el que está en la parte superior.”

La ladrona bajó ligeramente su camiseta, revelando un círculo mágico intrincado tatuado en su espalda. Dentro de este, cuatro marcas en forma de cerrojos se distribuían como los puntos cardinales. Lily vaciló, con dudas visibles en su expresión mientras observaba el extraño sello.

“¿E-estás segura de esto?” preguntó la hada, su diminuta voz estaba cargada de preocupación.

“Confía en mí,” insistió Cecily, con un tono firme y decidido. “Es nuestra única oportunidad.”

La hada tragó saliva, pero asintió con resolución. Se acercó al cerrojo y, con manos temblorosas, introdujo la llave. Un clic resonó en el aire, seguido de una explosión de energía. Un torrente de electricidad emergió del tatuaje, iluminando la pradera como un relámpago en la oscuridad.

De inmediato, un par de orejas de lobo hechas de pura electricidad surgieron sobre el cabello rosa de Cecily, moviéndose con un dinamismo inquietante. Su energía mágica se intensificó al instante, haciéndose palpable como una corriente eléctrica que recorría el aire y erizaba la piel de quienes la rodeaban.

Los demás ladrones, que hasta entonces habían estado inmersos en el combate, giraron la cabeza al unísono, sorprendidos por la transformación. “¡¿Qué demonios estás haciendo?!” exclamó Gay, con los ojos abiertos como platos.

"¡¿Qué has hecho?!" exclamó Bisexual, horrorizado.

"¡Cecily, eso es peligroso!" gritó Lesbiana, preocupada.

"Tranquilos, idiotas. Solo he liberado una parte de los cuatro sellos, puedo manejarlo. Además, si no lo hago, aquí moriremos los cinco." Cecily avanzó lentamente, con una sonrisa desafiante en su rostro. "Además... ya era hora de soltar un poco de esta carga."

Con su agilidad amplificada por la electricidad, la ladrona se lanzó hacia el enemigo a toda velocidad.

Ruchbah apenas tuvo tiempo de reaccionar cuando Cecily apareció frente a él, como un relámpago encarnado. La ladrona electrificada lanzó un puñetazo directo, pero el Caído invocó una barrera de pétalos que logró bloquear el impacto. Sin embargo, el choque generó una onda expansiva chisporroteante que desintegró parte de los pétalos, obligándolo a retroceder.

“¡Tsk! Así que ahora la cachorra juega con rayitos!” comentó Ruchbah con tono burlón, mientras hacía aparecer nuevas plantas carnívoras a su alrededor. Las criaturas lanzaron sus afiladas lianas hacia Cecily, intentando atraparla, pero ella se deslizó ágilmente entre los ataques.

“¡Voy a fulminarte, melenas!” gritó Transexual mientras saltaba al aire. Reunió energía en sus manos, que se iluminaron como dos soles chispeantes. “¡Toma esto!” Con un movimiento rápido, descargó una ráfaga de rayos hacia el enemigo.

Ruchbah contrarrestó invocando un tornado de pétalos que giró con una velocidad abrumadora, desviando la mayor parte de los ataques eléctricos. Sin embargo, una de las descargas atravesó su defensa, impactándolo en el hombro y haciéndolo tambalearse en el aire. “¡Maldita mocosa!” rugió, con el rostro contorsionado por la rabia.

Cecily aterrizó en el suelo con gracia, pero no se detuvo. Usó su velocidad para esquivar otra horda de pétalos afilados y apareció detrás de su oponente en un parpadeo. Con un rugido eléctrico, lanzó un rodillazo a su espalda que lo hizo descender a toda velocidad, golpeando el suelo con un estruendo que levantó polvo y fragmentos de hierba.

“¿Qué pasó con todas esas flores? ¡Te estás marchitando, amigo!” gritó Cecily, con una sonrisa llena de confianza mientras sus orejas eléctricas chisporroteaban con intensidad.

"Maldita fea..." murmuró Ruchbah enfurecido.

"¿Qué le ha pasado de repente?" preguntó Lily, mirando fascinada la transformación de la ladrona.

Lesbiana, manteniendo la barrera activa con esfuerzo, decidió explicárselo. "Cecily tiene un poder latente dormido en su interior, algo que la vuelve eléctricamente poderosa. Pero su abuelo, por protegerla, selló ese poder en un círculo mágico que solo se puede desbloquear con las cuatro llaves que llevamos como colgantes."

"Ya era bastante rechazada por ser quien es," añadió Bisexual, mirando el suelo con una mezcla de tristeza y orgullo. "El abuelo solo quería evitar que un poder tan grande la apartara aún más de la gente."

Gay suspiró, cruzando los brazos mientras seguía atento a la batalla. "Ese poder ha estado sellado toda su vida, así que ni siquiera sabemos hasta dónde puede llegar cuando lo libera. Por eso nos ha acojonado un poco que rompiera el sello, pero... si ella cree en sí misma y nos quiere lo suficiente como para arriesgarse así, no nos queda otra que confiar en ella."

Lily esbozó una sonrisa. "Ya veo... Sois un grupo peculiar, pero se nota que os queréis un montón. Eso es muy bonito."

Mientras tanto, la batalla seguía siendo un espectáculo de fuerza y velocidad. Cecily corría ágilmente sobre los tallos de las plantas carnívoras, persiguiendo a Ruchbah, quien flotaba sobre un remolino de pétalos. Cada vez que él lanzaba proyectiles afilados como cuchillas, ella los esquivaba con una precisión impresionante, impulsándose con saltos eléctricos.

Sin embargo, el uso excesivo de un poder que aún no controlaba comenzó a pasarle factura. Una punzada de mareo la hizo perder el equilibrio por un instante, obligándola a detenerse en medio de un salto. Ruchbah notó la abertura de inmediato y, con una sonrisa maliciosa, conjuró un tornado floral que golpeó a la ladrona con fuerza, separándola de las plantas carnívoras y enviándola hacia el suelo.

"¡Cecily!" gritaron sus compañeros al unísono, viendo cómo caía tras el ataque de Ruchbah. Pero la ladrona no se había rendido todavía. Aunque aturdida y con el cuerpo pesado, su mirada ardía con una determinación inquebrantable. Sus ojos se encontraron con los de Bisexual en un instante silencioso, un intercambio de confianza y estrategia. Asintió levemente, dejando claro su próximo movimiento.

"Entendido," murmuró Bisexual, alzando sus manos para conjurar un par de portales. Uno apareció detrás de Cecily y el otro, calculado con precisión, justo detrás de Ruchbah.

Con un destello eléctrico rodeando sus puños, Cecily reunió toda la energía que le quedaba. "No voy a fallar," se dijo mientras se lanzaba al portal a sus espaldas. Su cuerpo desapareció en un parpadeo, dejando tras de sí un leve chispazo. En el otro extremo, justo cuando Ruchbah comenzaba a girar la cabeza, ella emergió a pocos metros sobre él, como un relámpago furioso descendiendo desde el cielo.

"¡Esto es por mis colegas, carapolla!" gritó, descargando ambos puños electrificados sobre la cabeza del Caído.

El impacto resonó como un trueno, y el cuerpo de Ruchbah fue estampado contra el suelo con una fuerza devastadora. La tierra tembló y un cráter se formó en el lugar del impacto, mientras una humareda cargada de electricidad y pétalos rosados se alzaba hacia el cielo.

Cuando el polvo se disipó, el cuerpo del enemigo yacía inmóvil, completamente derrotado. Las orejas de lobo de Cecily parpadearon antes de desaparecer lentamente, junto con el brillo intenso de su energía. La ladrona cayó de rodillas, jadeante y agotada, pero con una sonrisa triunfante en su rostro.

"¡Cecily, estás bien!" exclamó Lesbiana, corriendo hacia ella para ayudarla a ponerse en pie con cuidado.

"Eso fue... brutal," murmuró Gay, con los ojos abiertos de par en par. "Increíblemente brutal."

Batalla en el quinto piso de la Torre de Babel.

Cecily vs Ruchbah.

Ganadora: Cecily.

Lily voló hasta Cecily, con una sonrisa que reflejaba tanto orgullo como alivio. "¡Lo hiciste! ¡Eres la mejor, Transexual!"

Cecily dejó escapar una risa entrecortada, sacudiendo ligeramente la cabeza. "Gracias, pero... creo que ya podéis llamarme Cecily," dijo con una voz cansada pero satisfecha, antes de dejarse caer ligeramente contra Lesbiana, quien la sostuvo con ternura.

El grupo miró a su alrededor, tomando aire y sintiendo cómo el peso de la victoria les daba un momento de calma. La batalla había terminado, pero la torre seguía desmoronándose lentamente.

Continuará...

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