viernes, 27 de diciembre de 2024

Ch. 52 - Ashley y Keipi vs Xiao Fu y Xiao Mi

Con la misión de encontrar a los ladrones LGBT, un pequeño grupo de nuestros protagonistas parte en mitad de la noche, dispuestos a solicitar su ayuda. Sin embargo, a medio camino, su avance se ve interrumpido por los guardas personales de Alphabeto: Xiao Fu y Xiao Mi.

“Hasta que confirmemos vuestras identidades, no daréis un paso más,” exclamó la anciana, apuntando a los protagonistas con su sartén gigantesca, cuyo brillo metálico reflejaba la luz de la luna.

Los tres intercambiaron miradas, intentando decidir qué hacer. Conocían demasiado bien la reputación del ejército gubernamental y de sus despiadados comandantes. No podían permitirse perder tiempo ni arriesgarse a una captura.

Ashley, con una determinación férrea, tomó la iniciativa. Saltó de la moto con una fuerza sobrehumana, su figura cortaba el aire antes de aterrizar entre los dos enemigos con un impacto que hizo temblar el suelo. Su patada rompió el terreno en pedazos, creando un boquete que separó a madre e hijo momentáneamente.

“¡Váyanse! ¡Yo me encargo de ellos!” gritó Ashley, girándose hacia sus amigos.

Lana dudó, su mirada estaba cargada de preocupación, pero terminó asintiendo con firmeza. “¡Lumiel, vámonos!” ordenó, y el lobo plateado comenzó a correr a toda velocidad, alejándose del combate mientras Keipi aceleraba tras ella.

Xiao Mi, aprovechando la separación, rebotó contra un árbol cercano y se lanzó hacia nuestra protagonista con su sartén en alto. La anciana la blandía con una destreza casi sobrenatural, pero Ashley bloqueó el ataque con una patada devastadora cuyo eco metálico resonó por todo el bosque.

“Eres fuerte,” admitió Xiao Mi con una sonrisa torcida, sin inmutarse por el choque.

“Y tú estás demasiado mayor para aguantar algo así,” replicó Ashley, devolviéndole una mirada desafiante.

Sin embargo, no tuvo tiempo para reaccionar cuando Xiao Fu apareció desde su punto ciego, saltando con agilidad felina. Extendió las mangas de su túnica, transformándolas con su magia en filosas hojas elásticas que se dirigieron hacia Ashley como un látigo mortal.

Ella se giró rápidamente, pero antes de que las cuchillas la alcanzaran, un destello metálico cortó las mangas al vuelo. Keipi apareció a su lado, con el filo azulado de Priscilla brillando bajo la luz de la luna.

“¡Kei!” exclamó Ashley, sorprendida.

“Yo te cubro las espaldas, compi,” dijo Keipi con una sonrisa despreocupada, ajustando su postura.

Ashley sonrió de vuelta, su confianza intacta. “No esperaba menos de mi colega.”

Ambos se posicionaron hombro a hombro, listos para enfrentar al dúo letal. La batalla no había hecho más que empezar.

"Confío en vosotros, chicos. Alcanzadme cuando podáis," dijo Lana, mirando por última vez a sus compañeros antes de desaparecer entre los árboles con Lumiel.

La tensión en el claro era palpable. En medio de la batalla, los cuatro combatientes intercambiaron furtivas miradas, cada uno esperando a que alguien rompiera el silencio con el primer movimiento.

"Keipi, vamos allá. No tenemos toda la noche," dijo Priscilla telepáticamente, su voz resonaba con calma en la mente del joven.

“Tienes razón. Acabemos esto rápido para reunirnos con nuestra compañera,” respondió el monje, con su determinación reflejada en sus ojos.

El joven soltó su espada con un movimiento controlado. La hoja cayó pesadamente al suelo, pero al tocarlo, un torrente de agua comenzó a brotar, expandiéndose rápidamente y cubriendo gran parte del terreno.

“¿Y esto qué es?” murmuró Xiao Mi, observando con una mezcla de curiosidad y cautela.

“¿Qué pretende?” preguntó Xiao Fu desde lo alto de una rama, sus mangas alargándose y tensándose como si cobraran vida, listas para atacar.

Keipi dio una palmada, y como si el agua respondiera a su llamado, cinco clones armados emergieron del suelo líquido. Cada uno blandía una réplica de su espada y se lanzaron a toda velocidad hacia Xiao Fu.

El guarda reaccionó al instante. Con un salto ágil, abandonó su posición en la rama, cayendo hacia atrás mientras esquivaba los ataques con precisas acrobacias. Sus mangas se movían como látigos, cortando a los clones de agua que lograban acercarse demasiado. Pero por cada uno que derribaba, otro surgía.

Aprovechando el momento, Keipi recuperó su espada, deslizándose sobre la superficie acuática con una agilidad sorprendente, como si patinase sobre ella. El reflejo de la luna parecía guiar sus movimientos mientras cerraba la distancia con su oponente. Y cuando finalmente alcanzó su objetivo, lanzó una estocada dirigida al torso.

Xiao Fu reaccionó justo a tiempo, endureciendo mágicamente su túnica para detener el ataque. La hoja chocó con un sonido seco, pero Keipi no retrocedió, presionando su peso contra la espada mientras intentaba encontrar un punto débil.

Por otro lado, el combate entre Ashley y Xiao Mi había alcanzado un clímax explosivo. La sartén de la anciana chocaba una y otra vez contra los puños y patadas de Ashley, cada golpe creando ondas de choque que reverberaban por el bosque.

“Eres  bastante ágil para ser tan vieja,” comentó nuestra protagonista, retrocediendo tras bloquear un ataque giratorio.

“Y tú eres ruidosa para alguien tan joven,” respondió la guarda con una sonrisa torcida antes de lanzarse nuevamente al ataque.

Ashley esquivó una serie de golpes, pero cuando Xiao Mi intentó barrer sus piernas con la sartén, la usuaria de potenciación física aprovechó el momento para impulsarse en el aire, cayendo con una patada descendente que impactó directamente en el arma.

La fuerza del golpe hizo que la anciana retrocediera un par de pasos, pero sin perder el equilibrio. “Impresionante."

“Parece que te cuesta bastante mantener el ritmo,” respondió nuestra protagonista con una sonrisa confiada.

Xiao Mi entrecerró los ojos. “Tsk, bocazas."

Con un giro inesperado, la guarda utilizó la sartén como un escudo, bloqueando los golpes de Ashley. Sin embargo, la joven no se dejaba intimidar. Tras un choque especialmente fuerte, ambas quedaron separadas por unos metros, jadeando levemente.

La anciana, con una sonrisa ladina, llamó a su hijo, quien seguía intercambiando golpes frenéticos contra Keipi. Aprovechando un descuido del joven, Xiao Fu lanzó una patada directa al estómago del monje, que lo hizo retroceder varios pasos. Sin perder tiempo, el guarda se impulsó hacia su madre, aterrizando ágilmente junto a ella.

"Vamos a hacerlo," dijo Xiao Mi, agarrando firmemente la sartén y alzándola al cielo con fuerza.

"Sí," respondió Xiao Fu con un asentimiento, poniéndose de pie sobre el amplio utensilio. Con un rápido movimiento de manos, alteró las propiedades de la sartén con su magia, transformándola en una plataforma metálica rígida y flexible al mismo tiempo.

Ambos intercambiaron una mirada cómplice, y en perfecta sincronía gritaron: "¡Combinación XIAO! ¡Viento del Gua Peng!"

La sartén resonó con un sonido metálico ensordecedor mientras madre e hijo liberaban una devastadora onda de viento cortante. La explosión de energía salió disparada con tal fuerza que los árboles de la zona fueron cortados como si fueran simples hierbas. La onda alcanzó de lleno a Ashley y Keipi, lanzándolos por los aires con violencia, mientras la devastación del ataque arrasaba el claro.

El impacto fue brutal. Ambos protagonistas cayeron entre ramas y troncos talados, golpeados por todas partes. Los mantos marrones que los cubrían estaban hechos jirones, dejando ver sus cuerpos llenos de pequeños cortes y rasguños. A pesar del daño, ambos habían logrado mantener intactas sus máscaras, protegiendo sus identidades.

Ashley fue la primera en reaccionar. Con un grito de frustración, pateó los troncos que la aplastaban, liberándose de su prisión improvisada. “¡Maldita sea! Esos dos frikis no son ningún chiste…” murmuró entre jadeos, limpiándose la sangre de un pequeño corte en la frente.

Keipi, por su parte, utilizó su espada para cortar los troncos que lo inmovilizaban. Se levantó con dificultad, tambaleándose ligeramente antes de recuperar el equilibrio. “Ese ataque conjunto… fue más fuerte de lo que esperaba,” admitió mientras observaba a sus adversarios.

Los Xiao permanecían firmes al otro lado del claro. Xiao Fu se bajó de la sartén, ajustándose la túnica mientras su madre sostenía el utensilio con una sola mano, como si no pesara nada.

“¿Y bien?” dijo Xiao Mi con una sonrisa burlona. “¿Eso fue todo lo que tenían?”

Ashley apretó los puños con fuerza, su mirada centelleando de ira. “No. Esto apenas está comenzando.”

Keipi le dirigió una mirada cómplice, asintiendo con una leve sonrisa. “Vamos a demostrarles por qué no debieron subestimarnos.”


Los dos Xiao intercambiaron una mirada y, sin perder tiempo, alzaron nuevamente la sartén, preparando otra ráfaga devastadora para sacudir a sus oponentes. Sin embargo, esta vez Ashley ya estaba lista.

“¡Esta vez no!” exclamó, clavando ambas manos en la tierra. Con una demostración de su inmensa fuerza, arrancó un enorme trozo de suelo, levantándolo como un escudo colosal frente a ellos. La onda de viento chocó contra la masa de tierra con un estruendo ensordecedor, logrando proteger a nuestros protagonistas.

“¿Qué clase de fuerza es esa?” preguntó Xiao Mi, visiblemente sorprendida.

Antes de que los guardias pudieran reaccionar, un dragón de agua emergió con fuerza, perforando el gigantesco pedazo de suelo y avanzando directamente hacia ellos. Los dos guardas se vieron obligados a separarse para evitar el ataque, pero la desventaja no tardó en manifestarse.

Al aterrizar, Xiao Mi apenas tuvo tiempo de mirar hacia arriba antes de ver cómo el colosal peñasco era lanzado hacia ella de una patada descomunal. El proyectil cortó el aire, amenazando con aplastarla por completo.

“¡Madre!” gritó Xiao Fu. Sin pensarlo, alargó una de sus mangas, convirtiéndola en un látigo que se enrolló alrededor del cuerpo de su progenitora. Tiró con todas sus fuerzas, logrando apartarla justo a tiempo para esquivar el impacto. El peñasco se estrelló contra el suelo con un estruendo, levantando una nube de polvo y fragmentos de roca.

Los Xiao se reunieron rápidamente en un punto seguro, pero el esfuerzo les costó bajar la guardia el tiempo suficiente para que Keipi aprovechara la oportunidad.

“¡Hora de acabar con esto!” exclamó el monje, clavando su espada en el suelo. Un brillo azul intenso emanó de la hoja mientras un segundo dragón de agua emergió, esta vez navegando bajo tierra. La criatura líquida rompió el suelo con un rugido ensordecedor, apareciendo justo bajo los pies de los guardias.

El impacto fue devastador. Xiao Fu y Xiao Mi fueron lanzados por los aires, golpeados con fuerza por el dragón acuático. Cayeron al suelo rodando, visiblemente heridos y jadeantes.

Ashley y Keipi se posicionaron nuevamente, listos para continuar el combate, mientras el polvo comenzaba a asentarse.

Los Xiao, furiosos por los golpes recibidos, se levantaron tambaleándose.

“¡Esto no ha terminado!” gritó Xiao Mi, alzando su sartén hacia el cielo.

Xiao Fu, con sus mangas extendidas, canalizó toda su magia para amplificar el ataque. “¡Viento del Gua Peng... definitivo!” exclamaron al unísono.

Un poderoso tornado de viento surgió de sus movimientos, más grande y violento que el anterior. La fuerza de la ráfaga elevó a Ashley y Keipi por los aires, sus cuerpos giraban sin control mientras ramas y rocas volaban alrededor como proyectiles.

“¡Ash, rápido!” gritó el monje mientras trataba de estabilizarse.

La joven, comprendiendo la urgencia, y estiró su brazo con todas sus fuerzas. Sus dedos apenas rozaron los de Keipi al principio, pero con un último esfuerzo, lograron tomarse de la mano.

“¡Es ahora o nunca!” exclamó ella, mientras ambos sujetaban a Priscilla con fuerza.

Con un grito conjunto, Keipi invocó toda el agua disponible y Ashley canalizó su fuerza para dirigir el ataque. La espada se iluminó y un dragón colosal de agua surgió de la katana, rugiendo con un ímpetu devastador.

La bestia acuática atravesó el furioso viento, rompiéndolo en pedazos, y se dirigió directamente hacia los guardas. El impacto fue brutal: fueron arrastrados y arrojados contra los árboles cercanos, quedando derrotados y completamente fuera de combate.

Cuando el viento y el agua se asentaron, Ashley y Keipi aterrizaron pesadamente en el suelo. Se miraron, jadeantes, y chocaron las manos con una sonrisa triunfante.

Batalla en el bosque de las afueras de Eumerastral.

Ashley y Keipi vs Xiao Fu y Xiao Mi.

Ganadores: Ashley y Keipi.

“Eso estuvo increíble, y encima pudimos conservar nuestras identidades en secreto gracias a estas máscaras.” dijo Keipi con una sonrisa despreocupada, mientras Priscilla volvía a su forma de polluelo.

“No esperaba menos de nosotros, parece que nos compenetramos la mar de bien en cuanto a combate se refiere.” respondió Ashley.

“La verdad que sí, se nota que somos unos buenos paladines para nuestro emperador." exclamó el monje, atusando a su compañera que se había asentado en su cabellera.

"Es hora de reunirnos con Lana, debemos establecer contacto con los ladrones." comentó Ashley.

Ambos se montaron en la moto y se adentraron en la noche, listos para reunirse de nuevo con su compañera.

Continuará...


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