sábado, 25 de enero de 2025

Ch. 69 - Rugido del Fenrir

En medio de la batalla, Alphabeto se levantaba con esfuerzo, envuelto en su imponente armadura de electricidad negra. Cada chispa que recorría su cuerpo parecía intensificar no solo su potencia mágica, sino también el peso de sus recuerdos más dolorosos.

Mientras recuperaba la verticalidad, imágenes de su infancia se colaron en su mente, recordándole el origen de su furia. El temible arcano que ahora se había dejado consumir por la ira no siempre fue así. Una vez, no fue más que un niño inocente, marcado para siempre por las crueles tradiciones de su clan.

Cuando era apenas un crío, experimentó en carne propia el precio de desafiar las estrictas normas de los elfos. En el colegio, había conocido a un chico de su edad. Jugaron juntos durante horas y sintió una conexión que no podía describir. Al regresar a casa, emocionado e ingenuo, declaró con naturalidad: "¡Quiero casarme con mi amigo!"

La reacción fue inmediata y brutal. Su padre le golpeó en la cara con la mano abierta, mientras su madre, horrorizada, le gritaba que aquello era inaceptable. “Si vuelves a decir algo así, te venderemos a un orfanato”, sentenció su progenitor. Esa noche, Alphabeto lloró hasta quedarse dormido, sintiendo por primera vez el frío rechazo de su familia. Decidió entonces que nunca más provocaría otra escena como aquella.

Al día siguiente, evitó a su amigo en la guardería. Aunque el chico intentó hablarle durante una semana, el pequeño arcano mantuvo su distancia. Lo ignoraba a propósito, reprimiendo las lágrimas cuando veía que sus rechazos hacían llorar a su amigo. Pero no había nada que temiera más que volver a ver la ira en los ojos de sus padres.

El tiempo pasó, y Alphabeto creyó haber enterrado aquellos sentimientos, hasta que un día descubrió que ese amigo del que una vez se enamoró había salido del armario. Ahora su nombre era Cecily, y había abrazado plenamente quien era. Alphabeto sintió cómo su corazón se rompía al enterarse, pero lo que más le dolía no era su transformación, sino su valentía. Cecily vivía libremente, desafiando el miedo y las expectativas de su clan, mientras que él seguía atrapado en el mismo ciclo de obediencia y represión.

Ese contraste lo consumió. La envidia se enredó en su mente, deformando sus sentimientos hasta convertirlos en odio. Y, en lugar de enfrentar sus propios temores, el arcano decidió volverse como sus padres. Buscó a Cecily, pero no para reconciliarse, sino para herirla. Los insultos, las burlas y las agresiones físicas se volvieron su forma de apagar la chispa de libertad que ella representaba, como si al torturarla pudiera acallar la voz que en su interior le recordaba todo lo que él nunca se atrevió a ser.

Y eso se manifestó hasta el presente.

"¡El caballero del Destello Negro, Alphabeto!" proclamó con orgullo, liberando una explosión de energía mágica que sacudió el suelo y levantó una nube de polvo a su alrededor.

Cecily apretó los dientes, miró fijamente a su oponente. Aunque sentía la presión de su magia, no estaba dispuesta a retroceder. La electricidad chispeó con más fuerza a su alrededor, envolviéndola como un torbellino brillante.

"Esto... ¡NO HA TERMINADO AÚN!" gritaron ambos a la vez mirándose con rabia.

"¡No eres más que un egoísta que rompió las normas de nuestro clan! ¡Un maldito pervertido al que le encanta fingir ser una mujer! ¡No puedo tolerarlo más!" bramó Alphabeto con furia desbordante. Alzó ambas manos al cielo, donde una innumerable horda de alabardas eléctricas negras comenzó a materializarse. Con un movimiento de su brazo, las lanzó en una lluvia brutal contra su oponente.

Cecily, a pesar de sus heridas, se agachó adoptando una postura cuadrúpeda que le otorgó una agilidad animal. Se movía como una bestia especializada, esquivando los proyectiles relampageantes que caían a su alrededor con velocidad y precisión. A cada paso, los restos del coliseo se desmoronaban aún más, convirtiendo el campo de batalla en un caos de chispas y escombros.

Mientras daba vueltas para acercarse al arcano, esquivando las alabardas con movimientos rápidos y fluidos, su voz se alzó con ira. "¡¿Por qué esa fijación con nosotros?! ¡¿Por qué nos hiciste sufrir tanto?! ¡¿Qué demonios te hicimos para merecer esto?!"

"¡Nunca lo entenderías!" rugió Alphabeto. La magia eléctrica se acumuló en sus manos, y con un grito de rabia, fusionó las alabardas restantes en un inmenso rayo negro que cayó con furia sobre Cecily.

"¡Claro que no lo voy a entender nunca!" respondió ella con un grito feroz, rompiendo el rayo negro en dos con su propia electricidad. Sin embargo, la fuerza del ataque había dejado su cuerpo aún más herido. Respiraba con dificultad, pero su determinación seguía intacta. "¡Porque nunca seremos capaces de comprendernos si te niegas a expresar lo que sientes! ¡Nosotros... éramos amigos! ¡Pero cambiaste y te convertiste en mi peor pesadilla! ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué, Alphabeto?!"

Cecily canalizó toda su ira en una poderosa alabarda eléctrica, lanzándola con precisión mortal hacia su enemigo. El proyectil atravesó el campo de batalla, iluminando el aire con su energía antes de impactar contra la armadura del arcano. El golpe lo hizo retroceder varios metros, pero no logró herirlo de gravedad.

Él permaneció en silencio, con la mirada fija en el suelo. Un instante después, murmuró en un tono apenas audible: "Porque..."

El silencio llenó el coliseo por un momento, roto solo por los destellos de energía residual en el aire. Los ladrones heridos en el suelo observaban el enfrentamiento con ojos desorbitados, sin poder creer la magnitud del combate.

Entonces, la energía mágica de Alphabeto comenzó a arremolinarse de nuevo a su alrededor, condensándose en un aura aún más peligrosa.

"¡Cecily, cuidado!" gritó Lesbiana, con un tono de desesperación mientras observaba cómo la furia de Alphabeto alcanzaba un nuevo pico de intensidad.

"¡PORQUE YO ME ENAMORÉ DE TI ANTES DE QUE CAMBIARAS! ¡TÚ ME HICISTE TRAICIONAR AL CLAN, Y CUANDO FUI CASTIGADO, DEJÉ DE SER QUIEN ERA!" Alphabeto gritaba con un dolor desgarrador, su voz estaba cargada de rabia y desesperación. Su cuerpo se transformó en un feroz toro de electricidad negra, y con un bramido atronador, cargó contra Cecily.

El impacto la lanzó por los aires. Su cuerpo giró descontrolado mientras su falda, hecha jirones, se desprendía, dejando visibles sus leggings blancos. Cecily chocó contra el suelo con fuerza, mientras sus heridas se agravaban. La electricidad que envolvía su cuerpo comenzaba a apagarse, y su forma de Fenrir se desvanecía lentamente.

Alphabeto se giró, retomando su forma humana. Sus ojos lucían fríos, y su expresión grave. "Se acabó", declaró con un tono definitivo.

"¿Sabes?" murmuró Cecily, llamando su atención.

El arcano se detuvo y frunció el ceño. "¿Cuáles son tus últimas palabras?" preguntó mientras se acercaba lentamente, su oscura armadura chisporroteaba aún con restos de energía.

Cecily respiró hondo, a pesar del dolor que sentía. "Yo también me enamoré de ti aquel día. Por eso seguí insistiendo en hablar contigo durante una semana, incluso cuando me ignorabas como si no existiese."

Sus palabras hicieron que Alphabeto se detuviera en seco. Cecily continuó con un tono cargado en tristeza. "Tuve que soportar ese dolor en el pecho durante días mientras me enfrentaba sola a lo que sentía. Era un proceso duro, aceptar quién era realmente. Pero... tú nunca tuviste la valentía de quererte a ti mismo. Y eso... me da más pena que rabia."

Con un esfuerzo titánico, Cecily se levantó, sujetándose la herida del costado con una mano.

"Jefa..." murmuró Gay, con sus ojos llenos de lágrimas.

"Nos ha derrotado...", añadió Bisexual, apretando los dientes con impotencia.

Cecily levantó la mirada hacia Alphabeto, sus ojos ahora brillaban con determinación. "Yo nunca cambié, Alphabeto. Siempre fui una mujer en el cuerpo de un hombre. Pero tú... tú no estabas preparado para aceptar esa verdad. Ni siquiera para aceptarte a ti mismo." Su voz se volvió más firme, más orgullosa. "Y es por eso... que hoy pierdes tú."

Sin previo aviso, Cecily extendió su mano hacia Alphabeto, agarrando con fuerza la electricidad oscura que formaba su armadura. Las chispas recorrieron su brazo mientras comenzaba a absorber la energía vertiginosamente.

"¿Qué haces? ¡Mi armadura!" exclamó el arcano, retrocediendo con desesperación.

"Los usuarios elementales podemos reabastecer nuestra energía absorbiendo el elemento que se nos presenta. ¡No lo olvides!" respondió Cecily, mientras su forma de Fenrir volvía a emerger con renovada fuerza.

En un parpadeo, la armadura de Alphabeto desapareció, despojado de su protección. Antes de que pudiera reaccionar, Cecily le asestó un poderoso puñetazo eléctrico en el mentón, lanzándolo por los aires.

Mientras Alphabeto flotaba, su mente fue invadida por un torrente de arrepentimiento. "Quizá... debí haber tenido el valor de aceptarme por quien realmente era..." pensó mientras su cuerpo cedía al cansancio.

"Aprende a quererte..." dijo Cecily con voz firme. Luego, alzó ambas manos y exclamó: "¡RUGIDO DEL FENRIR!"

Un estruendo retumbó en el coliseo cuando una inmensa cabeza de lobo eléctrico se formó ante ella. Con un rugido ensordecedor, las fauces del lobo se cerraron sobre Alphabeto, estampándolo contra el suelo con una fuerza brutal.

El impacto dejó al arcano inconsciente, rodeado de un campo de escombros y energía residual.

Cecily, de pie sobre su oponente derrotado, dejó que su forma de Fenrir desapareciera lentamente. Su cuerpo temblaba de cansancio, pero su voz era clara y fuerte: "Si no te quieres a ti mismo... ¿cómo vas a querer a los demás?"

Batalla en el Coliseo de Eumerastral.

Cecily vs Alphabeto.

Ganadora: Cecily.

Tras pronunciar aquellas palabras, el cuerpo de Cecily cedió. Se tambaleó y perdió el conocimiento durante unos segundos, agotada por completo, tanto física como mágicamente. Pero antes de que pudiera desplomarse, Bisexual apareció detrás de ella, atrapándola con firmeza entre sus brazos.

"¡Jefa!" gritó Lesbiana, arrastrándose por el suelo con todas sus fuerzas para alcanzarla.

"¡Eres la mejor!" sollozó Gay, abrazándola con ternura mientras las lágrimas caían por su rostro.

Cecily, aún débil, sonrió ligeramente. "Jejeje... Os dije... que podíamos ganar juntos." Su voz era suave, pero cargada de satisfacción.

"¡Por supuesto! ¡Porque tenemos a la elfa más increíble de todas!" exclamó Bisexual con entusiasmo, tratando de levantar el ánimo del grupo.

"Sí...", añadió Lesbiana con un leve suspiro, dejando caer su cabeza en el suelo con alivio.

Cecily alzó la mirada al cielo, su expresión cambió a una de preocupación. "Hicimos nuestro trabajo...", murmuró mientras una suave sonrisa aparecía en su rostro. "Ahora os toca a vosotros, amigos."

Continuará...

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