viernes, 21 de marzo de 2025

Ch. 101 - Las Ruinas Akáshicas

El equipo liderado por Marco, encargado de infiltrarse en las ruinas y enfrentarse al grupo de ladrones Unison, cruzaba con paso decidido el gigantesco árbol que, a modo de puente, conectaba la orilla con el pequeño islote donde se alzaba la inquietante grieta dimensional.

Hansel, Ashley y nuestro protagonista caminaban unos metros por delante, mientras que más atrás, los dos espadachines de Akitazawa aprovechaban el trayecto para ponerse al día, caminando con calma entre raíces entrelazadas.

"¿No deberíamos ir un poco más juntos como grupo?" preguntó Ashley, girándose con una ceja levantada al ver la distancia entre ellos.

"No pasa nada, déjalos." respondió Marco con una sonrisa. "Piensa que son amigos que llevan mucho tiempo sin verse. Seguro que les apetecía contarse mil cosas, y desde que llegamos aquí no han tenido ni un segundo para hablar con calma."

"Sí... yo, si me reencontrara con mi hermano, lo primero que haría sería darle un abrazo enorme y ponerme a escuchar todo lo que ha vivido desde que nos separamos." añadió Hansel, con los ojos soñadores.

Ashley bajó un poco la mirada, pensativa.

"Tenéis razón..." murmuró, aunque su tono perdió fuerza al final. "Quizá es que… con las únicas tres personas con las que podría reencontrarme… no me apetecería ni dirigirles la palabra."

Sus compañeros se giraron hacia ella. No hacía falta que diera nombres. La imagen de sus padres, que la abandonaron, y de su antigua mejor amiga Celia, que la traicionó, flotó en el aire sin necesidad de ser mencionada.

Sin decir ni una palabra, Marco se acercó y le revolvió el pelo con suavidad, como un hermano mayor.

"No te preocupes... seguro que en el futuro tendrás reencuentros encantadores con personas que realmente quieras volver a ver." dijo con una sonrisa cálida.

Ashley lo miró de reojo, a punto de emocionarse, pero disimuló.

"Qué mono eres." se burló Hansel, dándole un codazo amistoso a Marco.

Mientras tanto, unos pasos más atrás, Takashi y Keipi charlaban tranquilamente, casi ajenos a todo.

"¿Qué?" exclamó Takashi, deteniéndose en seco. Su rostro se llenó de sorpresa y preocupación. "¿Rin hizo todo eso y desapareció?"

"Sí..." asintió Keipi con cierta melancolía. "Y desde entonces estuve encerrado en el templo de Romevere hasta que Priscilla despertó y me eligió. Luego conocí a Marco, y decidí seguirlo en esta aventura... y, bueno, desde entonces han pasado cosas bastante locas."

"¿Locas cómo?" preguntó Takashi, ya intrigado.

"Pues... conocimos a unos ladrones simpáticos, invadimos el castillo de una bruja más vieja que el polvo, entramos en una dimensión con juegos mortales, luchamos contra hombres bestia, conocimos a un pintor muy majo, visitamos la torre de Babel, ¡y salvamos Longerville de una tiranía imperial!" resumió el monje con una sonrisa amplia, como si estuviera contando algo cotidiano.

Takashi lo miró con los ojos como platos. "Joder... sí que habéis vivido cosas. Pero, ¿cómo os habéis metido en tantos líos?"

"Ah, eso es fácil. Es porque él es el verdadero emperador." soltó Keipi con total naturalidad señalando a nuestro protagonista.

Ashley y Marco se detuvieron al instante y giraron hacia él con una expresión entre pánico y furia. Hansel y Takashi se quedaron boquiabiertos.

Keipi parpadeó, se encogió de hombros, miró a todos, luego a los lados… y soltó un suspiro muy poco convincente. "Ups."

"¡NO HAY UPS QUE VALGAN, CABRÓN! ¡ERA UN SECRETO!" gritó Ashley, lanzándose sobre él para hacerle una llave en el cuello mientras el monje se partía de la risa.

"¡Jajajaja! Es que tengo tanta confianza con Takashi que se me olvidó ponerme un filtro, lo siento." dijo entre carcajadas.

"¿Eres... el emperador?" murmuró Hansel, todavía en shock.

"¿Es cierto?" preguntó Takashi, mirándolo con asombro.

Marco soltó un largo suspiro mientras se rascaba la nuca, sabiendo que ya no tenía vuelta atrás.

"Sí. Es cierto." respondió Marco con total sinceridad. Su voz era tranquila, sin dramatismos, pero cargada de honestidad. Poco a poco, fue explicando cómo Pythiria lo había elegido, lo que implicaba ese título y cómo había comenzado su viaje.

"Así que cuando fuiste escogido por el planeta como el emperador, te mandaron a Lily como guía hasta que tomes el título de forma oficial… y desde entonces estás en una aventura para reunir a los siete paladines." resumió Hansel, aún asimilando todo.

"Y ya tienes a cuatro de ellos, siendo Keipi y Ashley dos de ellos." añadió Takashi, mirando a sus aliados con una mezcla de asombro y respeto.

"Así es." asintió Marco. "Sea como sea, ahora mismo lo importante es ayudar a esta gente y encontrar el libro que habla sobre el Nuevo Testamento." concluyó, retomando el paso con decisión.

"Sí..." respondieron todos a coro, siguiéndole sin dudar.

Durante unos segundos, caminaban en silencio, dejando que las palabras recién compartidas se asentaran. Entonces, Takashi desvió la mirada hacia Keipi y lo observó con detenimiento.

"Al final... estás cargando con un peso que no te corresponde, y aun así... eres capaz de mantener esa radiante sonrisa." murmuró con tono sincero.

Keipi lo miró de reojo, sin dejar de caminar, y sonrió con suavidad.

"No te preocupes por esas cosas. Las mejores cosas que he hecho en esta vida han comenzado gracias a esta aventura." respondió encogiéndose de hombros. "Supongo que cuando quieres y confías en alguien, ese peso deja de importar."

Takashi bajó un poco la cabeza, conmovido. "Es increíble lo mucho que has cambiado desde que éramos niños. Me alegra volver a verte así."

"Y yo me alegro de que sigas siendo igual de intenso." bromeó Keipi con una risita. "Pero puedes respirar tranquilo, porque esta vez no me iré sin despedirme como cuando nos mandaron a nuestros respectivos templos."

"Más te vale." dijo Takashi, ahora con una sonrisa burlona.

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Wisdom.

El equipo de búsqueda se había dispersado por completo por toda la ciudad. Desde la partida de sus compañeros hacia las ruinas, no habían dejado de moverse ni un instante. Su misión era clara: encontrar la reliquia Medusa y rescatar a la gente petrificada.

Cuando el gran reloj central de Wisdom marcó una nueva hora con un sonido metálico que resonó en todo el lugar, los cuatro miembros se reagruparon en la plaza principal. Habían acordado encontrarse allí periódicamente para compartir avances y ajustar estrategias.

Uno a uno, fueron llegando al punto de encuentro casi al mismo tiempo.

"Por ahora no ha habido rastro. Desde el cielo no he podido avistar nada fuera de lo normal." comentó Lola, descendiendo suavemente desde una de sus varas de acero, que giró como un remolino antes de clavarse en el suelo.

"Yo estoy igual." respondió Ryan, cruzándose de brazos. "He extendido mis cadenas por todo el sistema subterráneo, incluyendo las alcantarillas y túneles viejos. No he notado ninguna energía mágica inusual."

"Confirmo." añadió Carter, sentado sobre el lomo de uno de sus lobos espectrales. "Mis compañeros no han detectado nada. Hemos cubierto todos los espacios abiertos, incluso los bosques que rodean el perímetro de la ciudad."

"Yo tampoco he encontrado pistas." dijo Cecily, aún en su forma de Fenrir, con respiración agitada por la carrera. "He revisado todos los suburbios y callejones posibles, usé mi magia para moverme rápido entre zonas… pero no hubo nada que llamara mi atención."

"Pero…" añadió tras una pausa. "Creo que desde el principio hemos estado buscando mal."

Lola frunció el ceño. "¿A qué te refieres?"

"Estamos rastreando la energía mágica de la reliquia. Pero lo hacemos sin saber qué aspecto tiene realmente." explicó Cecily, recuperando su forma humana con un suave destello.

"¿Cómo que no lo sabemos? Sabemos lo que hace." dijo Lola, todavía sin entender del todo.

"Sí, sabemos que convierte a las personas en piedra, y que debe estar activa… pero no sabemos si es un libro, una joya, una esfera o incluso un objeto cotidiano con un sello oculto." intervino Carter, poniéndose de pie. "Así que, técnicamente, estamos buscando algo que no sabemos cómo identificar visualmente."

"Vaya..." murmuró Ryan, llevándose una mano al mentón. "Eso sí que complica las cosas."

"Entonces, ¿qué hacemos?" preguntó la usuaria de las varas de acero.

"Deberíamos pedirle a Theo y Lily que centren sus esfuerzos en investigar el posible aspecto de la reliquia en los textos del templo." propuso Cecily. "Mientras tanto, nosotros seguimos rastreando cualquier fluctuación mágica por si logramos localizarla así."

"Buena idea. Dudo que puedan sacar más información útil con lo que hay en ese sitio, así que al menos tendrán una dirección clara." asintió Lola.

"En ese caso, iré yo." dijo Carter mientras acariciaba el cuello de su lobo, que ya se preparaba para moverse. "Iré rápido y les ayudaré con la búsqueda interna. Vosotros continuad aquí fuera. Nos volvemos a ver en esta plaza en media hora."

"Perfecto. Buena suerte." respondió Ryan.

"¡Vamos allá!" exclamó Lola con energía, mientras los cuatro se separaban, cada uno tomando un camino distinto con renovada determinación.

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Frente a la grieta de las ruinas.

El grupo de ataque llegó finalmente a su destino. Ante ellos se alzaba la grieta dimensional, girando lentamente en el aire como una herida abierta en el mismísimo tejido del espacio-tiempo. Un remolino de energía pulsaba en su interior, emitiendo una vibración apenas perceptible, pero lo suficientemente intensa como para que todos la sintieran en el pecho.

"Así que… es esto." murmuró Hansel, con los ojos muy abiertos. "Es mucho más grande de lo que parecía desde lejos."

"¿Y estaremos bien al cruzar eso?" preguntó Ashley, inquieta.

"Claro, sin problemas." respondió Takashi con una sonrisa tranquilizadora. "Es como una puerta. Conecta dos mundos, nada más. Si estás decidido, no hay peligro."

"Reconozco que impone…" admitió Marco, observando cómo las ondas distorsionaban el aire a su alrededor. "Nuestras únicas experiencias en otras dimensiones o templos no eran tan... impactantes visualmente. Esto es como mirar un agujero en la realidad."

"Pues no os quedéis embobados mirando." bromeó Keipi, girándose hacia ellos con media sonrisa. "Sea como sea, tenemos que entrar. No hay vuelta atrás: tenemos que detener a esos ladrones y devolver la normalidad a Wisdom."

"Sí." asintió nuestro protagonista, con firmeza. Dio un paso al frente, el viento de la grieta agitando su capa. "Sea lo que sea que haya al otro lado… lo enfrentaremos juntos."

Los cinco se colocaron en fila, uno al lado del otro.

"Preparaos para lo que venga." dijo Takashi.

"Si surgen problemas, improvisamos. Que eso siempre se nos ha dado bien" añadió Keipi.

"Y si no hay salida… crearemos una." dijo Ashley, ya más decidida.

Hansel respiró hondo y asintió. "Estoy listo. ¡A por esos ladronzuelos!"

Marco levantó la mano como señal. "¡Vamos allá!" exclamó.

Los cinco cruzaron la grieta a la vez, envueltos por una luz cegadora. El mundo que conocían se desvaneció detrás de ellos, como si lo hubieran dejado flotando en un sueño.

Continuará…


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