viernes, 23 de mayo de 2025

Ch. 146 - Accuasancta

Tras un breve pero intenso entrenamiento, nuestros protagonistas aterrizaron en el aparcamiento de aeronaves de Accuasancta, donde tenían previsto inscribirse como grupo para competir en el Majestuoso Torneo de Lucha de Aspasia.

Una vez estacionado el vehículo, el grupo descendió por orden las escaleras, con Theo a la cabeza, y con un mapa de la ciudad en mano, estaba dispuesto a guiarlos a través de la ciudad hasta el Coliseo donde formalizarían su participación.

Nada más salir de los aparcamientos, quedaron embelesados por la belleza del lugar. Todos los edificios estaban construidos en mármol blanco, decorados con telas azul marino ribeteadas en dorado, y la gente vestía túnicas elegantes de color hueso. Algunos incluso llevaban coronas de laurel adornando sus cabelleras.

"No me esperaba que fuera tan bonito", comentó Theo, asombrado.

"¡Ya te digo!", añadió Lily, tumbada sobre la cabeza del pequeño.

"¡Mirad, chicos!", exclamó Cecily, señalando un establo donde descansaban dos dragones de escamas moradas, que estaban siendo alimentados por un par de granjeros.

"Nunca había visto unos dragones tan dóciles", dijo Ryan.

"Lo son, la verdad", respondió Hansel. "En Leafsylpheria es común la doma de dragones como medio de transporte, así que no te sorprendas si ves humanos surcando los cielos montados en ellos."

"Algo tenía oído", dijo Marco, pensativo. "Mi padre me contaba que existía un país donde los dragones vivían en armonía con los humanos, colaborando en su día a día… No esperaba que fuese cierto."

"Yo paso de montar esas cosas", bufó Ashley. "Seguro que me caigo de ellos."

"Sea como sea, tenemos que seguir", insistió Theo, consultando el mapa con interés. "Aún queda camino hasta el lugar de inscripción."

El grupo reanudó la marcha. No avanzaban deprisa, ya que disfrutaban del paseo y de las vistas: los puestos de frutas al aire libre, la gente conversando en las calles, otros cargando hermosas vasijas con agua hacia sus casas. Riachuelos cristalinos cruzaban la ciudad, reflejando el cielo, y cuando finalmente llegaron al Coliseo, se quedaron boquiabiertos. Era inmenso, majestuoso, con estatuas doradas de Yumeith custodiando la entrada.

"Wow…" susurró Ashley.

"Así que este es el Coliseo…" murmuró Ryan.

"¿Aquí es donde se celebrará el torneo?" preguntó Cecily.

"Eso parece…" contestó Theo, entre desconcertado y fascinado. "No sé por qué, pero da la impresión de que no escatimarán en gastos para este torneo. Al contrario, están invirtiendo una barbaridad."

"Supongo que necesitan desesperadamente a la gente para algo", añadió Lily, entrecerrando los ojos.

"Y nuestro trabajo será averiguar por qué", concluyó Marco en voz baja.

Tras eso, el grupo se acercó a la secretaría, donde una mujer con gafas los atendió. Hansel, el que más conocimientos tenía sobre trámites del grupo, fue el encargado de realizar la inscripción de los cinco participantes y del sustituto.

La mujer, con amabilidad, lo guió paso a paso para que el proceso fuera perfecto y no hubiera incoherencias. Una vez completado el papeleo, les entregó una medalla de oro como prueba de que estaban inscritos y que deberían llevar consigo durante todos los días que durase el evento.

"Justo a tiempo. Hoy era el último día que aceptábamos inscripciones, así que me alegra que lo hayáis logrado", comentó la secretaria.

"Sí... Es que tuvimos algún que otro problema con el transporte", mintió Hansel. "Pero por suerte, llegamos a tiempo."

"Sí... Por culpa de eso, nuestro sustituto aún no ha podido llegar con nosotros, pero esperamos que lo logre antes de que empiece todo", añadió Ashley, aportando un poco de verdad para reforzar la mentira de su compañero.

"Entiendo. Lo importante es que ya hemos finalizado los trámites y estáis oficialmente inscritos", les felicitó con una sonrisa. "Ahora solo me queda informaros de que la eliminatoria del torneo se celebrará esta medianoche. No será necesario que os presentéis en el coliseo; seréis teletransportados automáticamente a la dimensión designada para la prueba. Estad preparados... y mucha suerte."

"Genial. Muchas gracias por todo", dijo Marco.

"No ha sido nada", respondió ella amablemente.

Y así, se alejaron lentamente con la medalla en mano, habiendo completado con éxito la inscripción.

"No tenía ni idea de que hoy era el último día...", murmuró Hansel, algo molesto. "Esa cabrita de Morgana no tenía que apurar tanto."

"Ya te digo... Pero al menos lo logramos a tiempo", añadió Cecily.

"¡Ahora solo queda descansar para esta noche y pasar la fase preliminar!", sonrió Ashley motivada, mientras lanzaba unos puñetazos al aire.

"Entonces, ¿qué hacemos hasta entonces?" preguntó Theo.

"¿Nos dividimos y damos una vuelta?" propuso Lily.

"¡Yo lo veo!" respondió Ryan con una sonrisa. "Tengo ganas de visitar el casco histórico."

"¡Pues hagamos eso!", sonrió Marco. "¡Nos vemos a las nueve en la aeronave!"

"¡Sí!", respondieron todos, separándose en pequeños grupos.

Marco, Lily, Theo y Cecily fueron juntos a visitar los puestos de comida local para probar nuevos sabores, mientras que Ryan, Ashley y Hansel optaron por visitar los lugares más populares de la ciudad.

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Grupo de Marco

Nuestros protagonistas estaban probando unas albóndigas con salsa de miel en uno de los puestos de la ciudad.

"¡Están buenísimas!" dijo Cecily.

"¡Ya te digo!" añadió Theo, emocionado.

"La verdad es que sí..." dijo Marco relamiéndose los labios. "El dulzor potencia mucho la carne, y la salsa que la acompaña hace que sea más fácil de digerir. Podría comer esto todos los días sin cansarme."

"Entonces, ¿me lo recomiendas?" preguntó Takashi, apareciendo a su lado.

"¡Pues claro, Takashi! ¡Están buenísimas!" respondió nuestro protagonista.

"¡Eso, eso!" añadió Lily.

De pronto, los cuatro se quedaron blancos al darse cuenta de que un antiguo conocido estaba con ellos en ese momento. "¡¿TAKASHI?!" exclamaron todos a la vez.

"¡Jajajaja!" se reía despreocupadamente. "Estaba esperando ver cuánto tardaríais en daros cuenta."

"¡Qué malo!" dijo Lily.

"¿Qué haces aquí?" preguntó Marco, sorprendido.

"Imagino que lo mismo que vosotros", respondió. "Concursar en el torneo para conseguir el primer premio y hacernos con ese deseo de Aspasia."

"¿En serio? ¿Vamos a ser rivales ahora?" se sorprendió Cecily.

"Eso no está bien... Que somos amigos, jo..." murmuró Theo, apenado.

"No pasa nada. Las posibilidades de enfrentarnos son bajas si no estamos en el mismo grupo de la segunda fase del torneo. Lo que sería inevitable es enfrentarnos en la final si ambos pasamos", explicó Takashi.

"Entiendo... Pero da pena, al fin y al cabo después de todo lo que vivimos en Wisdom", dijo Lily.

"Por cierto, ¿no está Keipi con vosotros?" preguntó, algo preocupado al no verle.

"Qué va", respondió Cecily. "Se quedó entrenando para usar el Kami y nos dijo que se nos uniría más tarde."

"Oh, entiendo..." suspiró. "Parece que quiere seguir fortaleciéndose para superarme cada vez más... Pero por suerte, yo también he estado entrenando durante este tiempo, y creo que a día de hoy podría plantarle cara."

"Jajaja, Keipi es muy fuerte. No le subestimes", sonrió Marco.

"Créeme que lo sé... Pero me gustaría enfrentarme a él en algún momento", respondió.

"Por cierto, ¿no están Carter y Lola contigo?" preguntó Lily, mirando a su lado.

"Decidieron descansar en el hotel hasta la noche. Llevamos ya un par de días por Accuasancta y están agotados de tanto andar de aquí para allá. Sin embargo, estoy bien acompañado gracias a nuestro nuevo compañero", dijo, agarrando el brazo del peliverde que le acompañaba.

Se trataba de un chico de dientes afilados, mirada perdida y cabellera desaliñada, con orejas de elfo. Les miró sorprendido.

"Ah... N-No esperaba tener que presentarme", dijo con una voz algo más femenina de lo que esperaban por su aspecto.

"Él es mi nuevo compañero. Nos lo encontramos poco después de salir de Wisdom y le pedí que se uniera a nosotros. Se llama Viktor, y es nuestra arma secreta en este torneo", lo presentó Takashi.

"¡E-Es un placer!" dijo tímidamente, cuando de pronto su mirada se fijó en Cecily y se sonrojó ligeramente.

"¿Q-Qué pasa? ¿Tengo comida en la cara?" preguntó la ladrona, preocupada.

"N-No..." respondió, desviando la mirada. "Es solo que al verte, supe... que tú y yo... somos lo mismo."

"¿Elfos?" preguntó, confundida.

"No... Personas que tienen un pasado distinto, y que tuvieron que cambiar para ser lo que realmente querían ser", dijo alzando su camiseta, mostrando unas dolorosas cicatrices bajo sus pechos.

"¿También eres...?" dijo, sorprendida.

"Sí... Somos iguales en ese aspecto. Esto..."

"Cecily. Puedes llamarme así. Al fin y al cabo, eres un hermanito trans, así que estaré encantada de apoyarte en lo que necesites", sonrió nuestra protagonista.

Ante ese gesto, Viktor se sonrojó por completo. Se había enamorado a primera vista de la ladrona. Y entre su timidez y lo mal que se le daba disimularlo, acabó dándose la vuelta.

"Gra-Gracias... pero... ¡Ahora somos rivales! Ya seremos hermanitos cuando termine el torneo y os aplastemos", exclamó.

"¡Sí... eso digo!" añadió Takashi. "¡Somos rivales, hasta que este torneo termine!"

"¡Estaremos encantados de luchar contra vosotros!" sonrió Marco, dándole la mano.

"Y espero poder ver a Keipi antes de que acabe", comentó el monje con algo de esperanza.

"¡Lo harás! Confía en él", sonrió nuestro protagonista.

"Eso espero... Porque... quiero volver a verle sonreír", pensó para sí mismo, imaginando el rostro de la persona que amaba.

Tras terminar la conversación, se retiraron juntos de vuelta al hotel, dejando a nuestros protagonistas seguir su ruta gastronómica.

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Poco antes de la medianoche, en la aeronave.

Nuestros protagonistas se preparaban para la fase eliminatoria en la sala de entrenamiento del vehículo. Algunos estiraban los músculos, otros terminaban de comer, y no faltaban quienes ajustaban los últimos detalles de su ropa de combate. Fue entonces cuando Theo entró con una caja que Morgana les había entregado antes de partir.

En su interior descansaban varias pulseras negras, forjadas con un mineral especial. Estas piezas estaban diseñadas para reducir el poder de quien las llevara a la mitad. Habían sido creadas por la portadora de la Biblioteca de Horacio con un único propósito: evitar que destacaran demasiado ante los ojos de los apóstoles.

Marco recordaba perfectamente las palabras de Morgana al entregárselas, hacía un par de días:

"Pedí que os forjaran estas pulseras especiales para evitar que llaméis demasiado la atención. Durante el torneo habrá muchísima gente corriente, y no podemos permitir que sobresalgáis más de la cuenta. Os ruego que solo os las quitéis si os enfrentáis directamente a los apóstoles. Hasta entonces... demostrad que podéis ganar este torneo sin usar todo vuestro poder."

"Sí... si esto puede ayudar a evitar el fin del mundo, lo haremos." dijo Marco tras revivir aquel recuerdo.

"Quedan cinco minutos." anunció Hansel, observando su reloj.

"¿Estáis listos?" preguntó Ashley, ajustando sus guantes.

"¡Nací preparado!" exclamó Ryan, chocando sus puños con entusiasmo.

"Es hora de demostrar cuánto han crecido los paladines... y el emperador." sonrió Cecily con determinación.

"¡Ánimo, chicos!" dijeron Theo y Lily, que permanecerían en la aeronave esperándoles.

"¡A por todas! ¡Pasemos esta ronda eliminatoria... y ganemos este torneo!" gritó Marco, alzando el puño.

Continuará...

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