Los fuegos artificiales estallaban en el cielo, tiñendo el azul claro de colores vibrantes y festivos. Así daba comienzo el tercer día de combates del Majestuoso Torneo de Lucha de Aspasia, pero no lo hacía de cualquier manera… sino con un giro inesperado que dejó a todos perplejos.
Sin ninguna explicación oficial, Anaxandra ya no ocupaba su habitual puesto como presentadora. Su ausencia captó la atención tanto del público como de los concursantes, especialmente de Hansel, quien, camuflado entre la multitud de las gradas, no apartaba la mirada del escenario.
"¿Por qué no está hoy esa chica?", se preguntó, con un temblor apenas disimulado en su voz interna. "¿Acaso siempre va a haber algo que me impida encontrar a mi hermano?" añadió con rabia contenida, apretando los dientes.
Como de costumbre, la gran pantalla flotante iluminó el cielo con la aparición de Aspasia, radiante y sonriente, saludando con entusiasmo a todos los presentes. Tras unas breves palabras de bienvenida, anunció las reglas para el tercer asalto, ese que otorgaría al ganador un puesto en la final, donde por primera vez todos los grupos se mezclarían.
La modalidad elegida fue bautizada como “2 para 2 y 1 para 1”. Consistía en un primer enfrentamiento por parejas y un segundo combate entre líderes. En caso de empate, se realizaría un tercer combate entre cualquier miembro del equipo que quedase de pie y que ya haya participado en esta ronda.
Tal y como muchos predecían, Love Guardians fue el primer equipo en avanzar a la final. El dúo formado por Augvag y Pinoccio aplastó sin dificultad a sus oponentes, mientras que Lovette, con una sonrisa traviesa y apenas usando su magia, sedujo al líder rival hasta que este se rindió voluntariamente. El público estalló en vítores… y carcajadas.
El segundo combate también trajo consigo un resultado esperado. El grupo de Terón, el infame “hombre indestructible”, arrasó sin contemplaciones a sus rivales. Una vez más, lograron avanzar sin sufrir ni un solo rasguño. Sus movimientos eran fríos, eficaces, impenetrables.
Y ahora, llegaba el momento más esperado por todos.
A diferencia de otros grupos en los que había un claro favorito, en el Grupo C la situación era mucho más pareja. Dos equipos habían captado toda la atención: Emerald Paladins y Hikari no Umi.
Era el combate más anticipado del torneo hasta el momento. Las gradas estaban al borde del colapso. Las apuestas se disparaban. El aire vibraba con expectación. Aunque ambos equipos contaban con un gran número de seguidores, era evidente que había un ligero favoritismo hacia Hikari no Umi, especialmente por la presencia de su líder: Shouri, reconocida mundialmente como una de las guerreras legendarias más poderosas del continente.
Los dos equipos llegaron a la arena y se posicionaron en sus respectivos laterales del cuadrilátero. Sus miradas se cruzaron con una mezcla de complicidad y tensión. La nueva presentadora dio un paso al frente, con una sonrisa en el rostro, y alzó la voz con entusiasmo:
"¡Que suban al ring las parejas elegidas para este enfrentamiento!"
"Vamos, chicos… Vosotros podéis llegar a la final." animó Lily, con una sonrisa llena de esperanza.
"¡Eso es! ¡Derrotadlos!" añadió Theo con determinación, levantando el puño en alto.
A poca distancia de la multitud, ocultas entre las sombras de la grada, dos figuras misteriosas —las mismas que fueron vistas en la orilla del río la noche anterior— observaban el combate con atención.
"¿Seguro que no quieres participar?" preguntó una voz femenina, suave y curiosa.
"Aún no." respondió la voz masculina, serena pero intensa. "Quiero ver de qué son capaces. Desde que terminó su entrenamiento, no he tenido ocasión de ver cómo han evolucionado… y tengo curiosidad."
"Comprensible." murmuró ella, cruzando los brazos.
Mientras tanto, en la arena, los equipos designaron a sus representantes. Como era de esperarse —dada la falta de integrantes disponibles—, Hikari no Umi envió a Futao y Kanu. Sin embargo, para sorpresa del público, los elegidos de Emerald Paladins fueron Ryan y Ashley.
"Confío en vosotros." dijo Marco, de brazos cruzados, esbozando una sonrisa de orgullo.
"Demostradles que nuestro trabajo en equipo está a otro nivel." añadió Cecily, con una sonrisa tranquila pero segura.
Los cuatro luchadores se situaron en el centro del cuadrilátero. Las miradas se intensificaron. El ambiente se cargaba de energía.
"Jajajaja, vaya grupo más raro formamos." bromeó Futao con despreocupación.
"Oye, es de mala educación reírse en un momento serio." le regañó Kanu, sin perder la compostura.
La presentadora agarró el micrófono con firmeza, adoptó una pose encantadora y, con voz potente, anunció:
"¡En el cuadrilátero, Ashley y Ryan de Emerald Paladins contra Futao y Kanu de Hikari no Umi! ¡Que comience el combate!"
Ryan dio un paso adelante, agachándose con agilidad felina. Colocó las palmas de sus manos sobre el suelo, y con una concentración férrea, murmuró:
"Lo siento, chicos… pero vamos a ir completamente en serio."
Al instante, varias cadenas metálicas emergieron violentamente del suelo, atrapando los brazos de sus oponentes y restringiendo sus movimientos.
"¿Magia de acero?" exclamó Kanu con sorpresa, observando cómo las cadenas vibraban con energía mágica.
"Ah, claro… Este tío aún no había peleado. No sabíamos nada de sus habilidades." comentó Futao con tono sereno.
"¡Estáis demasiado tranquilos para este combate y eso me pone de los nervios!" gritó Ryan, alzándolos por los aires con las cadenas como si fueran muñecos, y luego los soltó, dejándolos caer brutalmente.
"¡Vamos a enseñarles quién manda aquí!" gritó Ashley, lanzándose contra ambos enemigos con una explosiva patada giratoria. Impactó a Kanu y Futao a la vez, proyectándolos con violencia contra el suelo.
El golpe sacudió el cuadrilátero, abriendo grietas en la superficie y levantando una polvareda densa que ocultó momentáneamente a los combatientes.
Sin embargo, cuando el polvo se disipó, ambos enemigos seguían en pie, apenas heridos. Kanu empuñaba su arco con firmeza, mientras que Futao sujetaba su lanza, ahora envuelta en llamas intensas.
"Eso fue un buen comienzo…" dijo el lancero con una sonrisa burlona. "Pero no lo bastante bueno como para sorprendernos… ¿No habíais dicho que ibais a ir en serio?"
"Vamos a enseñarles cómo se lucha en pareja." dijo Kanu, con una mirada encendida de determinación.
"¡Ahí vienen!" exclamó Ryan, adoptando una postura ofensiva, listo para el verdadero inicio del combate.
El lancero fue el primero en lanzarse al ataque, corriendo con determinación hacia nuestros protagonistas. Mientras tanto, el arquero permanecía en su posición. Juntó ambas manos con calma, y entre ellas empezó a formarse una esfera de hielo del tamaño de una pelota. Una vez completada, la lanzó al cielo con un brillo gélido.
Instantes después, la esfera estalló, haciendo que una lluvia de estalactitas gigantes cayera sobre la arena. Ryan y Ashley apenas tuvieron tiempo para reaccionar. Saltaron en direcciones opuestas, obligados a separarse para evitar ser aplastados por los afilados fragmentos helados.
La joven, centrada en esquivar el hielo, sintió una presencia frente a ella en el último instante. Y al girarse notó que Futao había aparecido de golpe.
Con la lanza firmemente sujeta en la mano izquierda, echó el brazo hacia atrás. Luego, sin vacilar, se llevó los dedos de la mano derecha a la boca y escupió una pequeña cantidad de saliva en dirección a su oponente.
Antes de que el fluido la alcanzara, este se transformó en un fuego fatuo que atravesó el cuerpo de Ashley sin causarle daño alguno.
"¿Qué?" murmuró, perpleja, al ver que no había sufrido ningún efecto.
Futao no dijo nada. En un movimiento rápido y limpio, lanzó un tajo horizontal con su lanza. Nuestra protagonista respondió con agilidad, retrocediendo con un salto acrobático. Parecía haber esquivado el ataque por completo.
O eso creyó.
Apenas el movimiento del lancero llegó a su fin, un corte diagonal se abrió en su torso. Un fino hilo de sangre cayó al suelo.
"¿Qué coño...?" alcanzó a decir la joven, mirando la herida con los ojos muy abiertos.
"¡Ashley!" gritó Ryan, alterando su rumbo en mitad del caos. Mientras esquivaba las estalactitas restantes, trató de reunirse con ella.
Pero se detuvo en seco.
Una presión mágica intensa le erizó la piel. Giró rápidamente la cabeza, solo para ver a Kanu, ya con el arco preparado, apuntándole sin dudar.
"Deberías estar más atento a los demás." dijo el arquero con una sonrisa tranquila.
Disparó.
La flecha de hielo surcó el aire y, antes de impactar, se transformó en un gigantesco martillo gélido que se dirigía directamente hacia el hijo de la dragona.
Ryan cubrió su cuerpo con una capa de acero y, en el último momento, lanzó un puñetazo al arma helada. El impacto fue brutal, pero consiguió destrozar el martillo en mil pedazos. Aun así, la dureza del hielo dejó grietas en su protección metálica.
"Estos tíos... no son moco de pavo." pensó el hijo de la dragona, conteniendo la respiración.
Desde fuera del cuadrilátero, el resto del grupo observaba con atención.
"Parece que son tan fuertes como pensábamos." comentó Marco con el ceño fruncido.
"Sí... No me gustaría estar ahora mismo en su lugar, si soy sincera." opinó Cecily, cruzándose de brazos. "El de la lanza tiene una magia de fuego bastante peculiar, mientras que el arquero manipula el hielo usando su arco como catalizador. Y para colmo, al haber entrenado juntos con Shouri, su sincronización es perfecta."
"Sí... será una batalla difícil, sobre todo sin poder usar todo su poder." reflexionó Marco en voz baja. Luego, apretó los puños con una media sonrisa. "Pero aun así... creo que pase lo que pase, ellos pueden ganar."
En ese instante, Kanu disparó una flecha de hielo bajo sus propios pies. Al impactar contra el suelo, brotó una gigantesca torre de hielo que se alzó tres metros sobre la arena. Desde lo más alto, el arquero apuntó de nuevo y lanzó otro proyectil gélido directo hacia Ryan.
Mientras la flecha surcaba el aire, esta se fragmentó en varias más pequeñas, convirtiéndose en una lluvia de cristales afilados que obligaron al usuario de acero a alejarse aún más de Ashley.
Fue entonces cuando ella sintió, otra vez, el fuego fatuo atravesando su cuerpo. Futao seguía inmóvil, pero movió su lanza con precisión, y de inmediato, un nuevo corte apareció en la espalda de la joven.
"¡Otra vez!" gritó entre quejidos, llevándose una mano a la herida. "Cada vez que ese fuego me atraviesa... su siguiente ataque me alcanza."
"Así es", respondió Futao con calma. "Tengo un vínculo entre mi fuego y mi lanza. Cada vez que mi llama toque tu cuerpo, el filo de mi arma también lo hará. No importa si estás frente a mí o en otro país… llegará. ¡Siempre!" Sonrió, mientras su lanza se envolvía en unas llamas radiantes y danzantes.
"Tsk", chasqueó Ashley, frustrada.
De pronto, Ryan cayó violentamente sobre ella. Un puño de hielo lo había lanzado por los aires, haciéndolo aterrizar justo encima de su compañera.
"Mierda..." masculló el hijo de la dragona, aturdido.
"¡Quítate de encima! ¡No es momento para eso!" exclamó Ashley, molesta mientras se reincorporaba con dificultad.
"¡Ya es tarde para vosotros! ¡Aquí es donde ganamos nosotros!" gritó Kanu bajando de un salto desde lo alto de su torre, disparando una nueva flecha que se clavó en el suelo frente a la dupla.
En cuanto impactó, colmillos de hielo emergieron a los costados de ambos protagonistas, alzándose rápidamente hasta encerrarlos entre sí como un sándwich mortal.
En ese momento, Futao apuntó con su lanza y lanzó su fuego fatuo directamente hacia la punta del arma. Las llamas se intensificaron, tomando la forma de un espectro ígneo que impactó contra la prisión de hielo. La explosión fue inmediata: la estructura se hizo añicos, y Ryan y Ashley salieron volando por los aires, cubiertos de heridas y cayendo pesadamente al suelo, visiblemente exhaustos.
"¡Y ahora el golpe final!" anunciaron los dos alumnos de Shouri al unísono, entrelazando los dedos mientras comenzaban a condensar su energía mágica.
"¡¿Van a hacer un ataque combinado?!" exclamó Cecily, con el rostro pálido.
Ambos unieron sus magias, creando una figura espectral mitad hielo y mitad fuego. El fantasma descendió sobre la dupla como una sentencia, y al tocar el suelo, generó una densa niebla de vapor que se extendió por toda la arena.
"¡Chicos!" gritó Lily, visiblemente angustiada desde las gradas.
"No puede ser... Si ese ataque les ha dado de lleno, seguro que perderán", dijo Theo con expresión grave.
"¿Habrán podido evitarlo...?" murmuró la hada, temblando de preocupación.
Continuará...
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