Fémina
Morgana se encontraba en su despacho, observando con atención lo que sucedía en el Battle Royale. En la pantalla flotante frente a ella, el combate entre Ashley y Antonia alcanzaba un momento crítico: la joven acababa de manifestar unas brillantes orejas de conejo.
"Así que ha intentado alcanzar el segundo nivel de las marcas de Heracles... Aunque, por culpa de la pulsera retenedora, no ha podido manifestar más allá de las orejas", murmuró, analizando con calma.
Sus pensamientos volaron de inmediato a los entrenamientos llevados a cabo en Cassmin, donde su otro yo había tomado un rol activo en la instrucción de Ashley. La meta era clara: que dominase a la perfección la primera fase de las marcas. En un principio, Morgana no esperaba que la joven tuviera tiempo suficiente para empezar a explorar la segunda fase. Pero, para sorpresa de todos, lo logró.
Consciente del potencial de adaptación de la muchacha, el clon de la portadora de la Deidad optó por una vía poco convencional pero eficaz: un método de visualización. Para alcanzar la fase dos en un corto período de tiempo, Ashley debía imaginarse como un animal con el que compartiera rasgos clave.
Entre los usuarios de potenciación, era habitual elegir animales como elefantes, ballenas o canguros, cuyo físico reflejaba fuerza o resistencia. Pero en el caso de nuestra protagonista, cuya especialidad era la potencia en las piernas, la elección fue otra: el conejo. A partir de ahí, el entrenamiento se enfocó en asimilar las cualidades del animal —velocidad, agilidad, precisión— y combinarlas con su magia innata.
Ashley consiguió dominar esa visualización a tiempo. Sin embargo, debido a la restricción de la pulsera y a la enorme cantidad de energía mágica que requería ese nivel, solo fue capaz de manifestar una pequeña fracción de su verdadero poder.
"Estoy orgullosa de ti, Ashley... por no escoger el futuro en el que te quitabas la pulsera para desatarlo todo en un combate sin importancia como este", murmuró Morgana, llevando la taza de café a los labios con una sonrisa serena.
Pero luego, su mirada se tornó oscura, fija en las líneas temporales que se desplegaban ante ella como hilos entrecruzados.
"Sin embargo... ahora todos los futuros conducen al mismo destino. Tu derrota es inevitable."
____________________________
Vertedero, Dimensión del Battle Royale
Lovette, sentada con aire altanero sobre un contenedor oxidado, dio una fuerte palmada. Al instante, desapareció del campo de visión de Ashley, solo para reaparecer justo detrás de ella, esbozando una sonrisa elegante y rebosante de egocentrismo.
"Cataclismo", pronunció con voz solemne la líder de los Love Guardians.
De inmediato, Ashley fue atrapada en una dimensión estrellada y sin salida. Frente a ella emergió una gigantesca Lovette, una versión colosal de la original que, con una estruendosa palmada, la aplastó sin piedad entre sus manos.
Acto seguido, nuestra protagonista volvió a aparecer en el vertedero... solo para estallar en una onda sónica que la lanzó por los aires, golpeándola brutalmente contra una montaña de basura.
"Y eso es todo para ti", sentenció Lovette con soberbia, convencida de su victoria.
"¡Y una polla!" gritó Ashley con el rostro empapado en sangre, alzándose de un salto con todas sus fuerzas en dirección a su rival.
"¿Qué...? ¿Sigue consciente tras ese ataque?" se sobresaltó la sacerdotisa, con una chispa de incredulidad en los ojos.
Pero justo cuando surcaba el aire con intenciones de rematar a Lovette, la conciencia de nuestra protagonista la abandonó. Su cuerpo cayó pesadamente al suelo, con los ojos cerrados. Un instante después, fue teletransportada fuera del campo de batalla.
"¡N-no me des esos sustos!", exclamó Lovette, con el corazón en un puño y el rostro visiblemente tenso.
"¡Y LA GANADORA DEL COMBATE ES LOVETTE!", gritó la presentadora con júbilo. "¡ESTAMOS A UN SOLO PASO DE LA GRAN CONCLUSIÓN DE ESTE MARAVILLOSO EVENTO! ¡EN BREVES HAREMOS EL ANUNCIO EN LA DIMENSIÓN, QUE LEVANTARÁ LOS ÁNIMOS!"
Desde las gradas, Lily observaba boquiabierta.
"Nooo... Ashley ha sido derrotada", murmuró con tristeza.
"Era lo esperable... Ya estaba agotada, igual que Ryan", comentó Theo, cruzando los brazos. "Esa tía solo espera a que sus oponentes estén al límite para rematarlos sin esfuerzo."
"Y así es", intervino Shouri, tomando asiento justo detrás del dúo, flanqueada por sus dos alumnos. "Es una estrategia perfectamente válida en este tipo de torneos."
"¿De verdad?" se sorprendió Lily, con el ceño fruncido. "A mí me parece algo muy sucio..."
"Tienes que entender que en la vida real eso pasa todo el tiempo", opinó Kanu con tono sereno. "No siempre gana el más leal... sino el más astuto."
"Y saber cuándo atacar es una virtud", añadió Futao con calma. "Eso es lo que hace a los buenos combatientes tan interesantes."
Lily bajó la mirada, pensativa. "Pero... ya solo queda Keipi en pie..."
"Y él ganará... ¡Lo presiento!", declaró Theo con una sonrisa decidida.
"Pues parece fuerte. Así que... confiemos en él", concluyó Shouri con voz firme. "Después de todo, es el hombre en quien Marco confió."
"La cosa es ver... si es capaz de derrotar a esa tal Lovette." aportó Kanu, con los brazos cruzados mirando fijamente la pantalla.
____________________________
Dimensión del Battle Royale
Mientras Keipi caminaba con calma por una de las calles principales, el cielo comenzó a distorsionarse. Varios altavoces flotantes aparecieron entre las nubes, emitiendo una vibrante luz azulada, y la voz entusiasta de la presentadora resonó por toda la dimensión.
"¡QUERIDOS CONCURSANTES DEL BATTLE ROYALE!", exclamó con tono electrizante. "¡ME COMPLACE ANUNCIAR QUE SOLO QUEDÁIS TRES EN PIE! ¡MUCHA SUERTE... Y QUE GANE EL O LA MEJOR!"
Acto seguido, los altavoces se desvanecieron como si nunca hubieran estado allí.
"Ya veo..." murmuró Takashi desde su posición. "Ese anuncio solo busca provocar una confrontación inmediata... Quieren asegurarse de que el enfrentamiento final sea memorable."
En otro extremo de la ciudad, entre montañas de basura, Lovette también comprendía la jugada.
"Ugh... no me gusta dar espectáculo gratis", gruñó con una mezcla de fastidio y resignación. "Pero si esto puede beneficiar a Aspasia... supongo que es momento de dejar de esconderme y dar la cara desde el principio."
Mientras tanto, Keipi contemplaba el cielo con gesto pensativo tras escuchar el mensaje.
"Buscar a dos personas en toda esta maldita ciudad va a ser un coñazo", murmuró con fastidio, mirando a ambos lados. "Así que... mejor agilizamos esto."
"Vaya ideas tienes... Nunca dejarás de sorprenderme", le dijo Priscilla en su mente, tras percibir claramente las intenciones del monje.
Con determinación, Keipi alzó su espada y la recubrió con una capa de agua. En un solo movimiento fluido, apuntó al cielo y disparó un enorme dragón acuático que se elevó con violencia. Su cuerpo líquido giraba con fuerza, dibujando un espiral brillante en el firmamento. El rugido que soltó hizo eco en toda la dimensión.
Desde la lejanía, Takashi observó la señal con una sonrisa tensa. "Keipi... Así que sigues aquí. Parece que al fin... es el momento de cruzar nuestras espadas."
Lovette, por su parte, salió finalmente del vertedero, acomodándose el cabello con altivez.
"Ya veo... No quieres esperar ni un segundo más, ¿eh? Muy bien... ¡Acepto tu invitación!"
____________________________
Sala de engranajes.
La oscuridad se disipaba lentamente mientras Nathalie abría los ojos con lentitud. Su visión era borrosa, como si el mundo entero estuviera cubierto por una niebla espesa. A través de esa neblina, reconoció la silueta de un joven arrodillado junto a ella, mirándola con los ojos llenos de alivio.
"¡Ey! ¡Al fin!" exclamó Marco con una sonrisa entre cansancio y alegría. "¡Despertaste!"
"¿Ma-Marco...?" murmuró ella, incorporándose con torpeza. Se llevó una mano a la cabeza al sentir un leve latido punzante. "¿Qué hago aquí? ¿Qué haces tú aquí? No... espera. ¿Qué está pasando? ¡No recuerdo nada!"
"Tranquila..." respondió él, apoyando suavemente una mano sobre su hombro. "Es normal. Pasaron muchas cosas."
"¿Tantas? Lo último que recuerdo es... me llevaron ante los apóstoles... vi a Gretel, y luego... luego un tipo en silla de ruedas..." frunció el ceño, intentando hilar los fragmentos. "Después... nada."
"Acabas de despertar de un hechizo muy potente," explicó Nicole, con los brazos cruzados. "Y tus heridas apenas están estabilizadas. Si fueras un poco más sensata, dejarías de forzar tanto la memoria."
"¿Tú quién eres...?" preguntó Nathalie con desconfianza.
"Nicole. Sanadora profesional, borde ocasional." replicó Marco con una sonrisa.
"¡¿C-Cómo que borde?!" refunfuñó la joven, hinchando sus mofletes como acto de desaprobación.
"Vaya... encantadora." murmuró Nathalie con sarcasmo.
"Te acostumbrarás," bromeó Marco, intentando relajar el ambiente. "Ven, te pondré al tanto."
"Me vendría de lujo." asintió ella, intentando ponerse en pie con algo de torpeza.
Pero antes de que Marco pudiera empezar su relato, Nicole interrumpió, señalando con el pulgar hacia la puerta.
"Sí, sí... Muy bonito todo. ¿Pero qué tal si hablamos mientras destruimos la maquinaria infernal antes de que los malos consigan su Nuevo Testamento?"
"¡Oh! Buena idea, sí." soltó Marco con una carcajada nerviosa.
"Qué tipa más borde..." murmuró Nathalie, mientras seguía a los otros dos fuera de la sala.
____________________________
Avanzaron por un pasillo angosto con olor a humedad y piedra antigua. Marco hablaba mientras caminaban, resumiendo lo sucedido a paso rápido. Nathalie, aunque todavía aturdida, captaba cada detalle con asombrosa claridad. Cuando escuchó lo del Torneo y todo lo que estaba pasando, frunció el ceño.
"Entiendo..." dijo en tono firme.
Al llegar a la sala contigua, la tensión se volvió palpable.
Frente a ellos se alzaba una estructura imponente: un gran embudo flotante goteaba una sustancia mágica espesa, de color azul violáceo, que caía lentamente sobre el sello de El Nuevo Testamento, que flotaba en el centro, protegido por una cúpula mágica agrietada, como si estuviera a punto de estallar.
"¡Mierda...!" exclamó Nathalie. "¡Ese sello está a punto de romperse!"
Sin perder un segundo, recubrió sus manos con oscuridad y lanzó varias lanzas sombrías hacia el embudo.
"¡Vamos!" gritó Marco, lanzando una esfera de fuego al unísono.
Pero justo antes de impactar, una ráfaga de viento huracanado barrió la sala, desintegrando los ataques en pleno vuelo.
"¿Viento...?" murmuró Marco, entre asombrado y en alerta.
Y entonces cayeron del techo tres figuras: Hansel, Gretel y Aspasia, rodeados de un aura mágica opresiva.
"¡¿Hansel?!" exclamó Nathalie, retrocediendo un paso.
"¿Qué haces aquí?" preguntó Nicole, frunciendo el ceño.
El usuario de viento no respondió de inmediato. Solo bajó la mirada, como si el peso del mundo cayera sobre sus hombros, mientras apretaba la mano de su hermano gemelo.
"Chicos... lo siento." dijo con voz rota.
Aspasia levantó una mano con gesto solemne.
"¡Apareced!" exclamó, invocando uno de los hechizos que yacían en su memoria.
Tres destellos de luz se materializaron a su alrededor. Pantera, Phoné y Aima aparecieron en círculo, listos para la batalla.
"¡¿Aparecieron tres tipos de la nada?!" gritó Marco, retrocediendo instintivamente.
"¡Y los tres son apóstoles! ¡¿Cómo se supone que vamos a salir de esta?!" exclamó Nathalie, pálida.
Un silencio gélido cayó sobre la sala.
Los enemigos estaban en formación. La maquinaria seguía absorbiendo magia. El tiempo corría.
Continuará...
No hay comentarios:
Publicar un comentario