Lovette decide retirarse del combate al comprobar el alto nivel de sus contrincantes, quienes continúan intercambiando golpes por toda la ciudad como si cada uno pudiera ser el último.
Takashi salta ágilmente de un trozo de edificio hacia su oponente. Con un giro elegante de su espada, los pétalos que le rodean comienzan a danzar con violencia, formando un torbellino afilado alrededor de Keipi.
Pero antes de ser devorado por la marea rosada, nuestro protagonista activa su ingenio: dispara un chorro de agua desde su espada a modo de propulsor, elevándose al cielo a toda velocidad.
Desde las alturas, ya fuera del alcance del torbellino, Keipi lanza un potente dragón acuático que se abalanza directamente sobre Takashi. El impacto le golpea de lleno en el estómago, arrojándolo contra un edificio y atravesando varios pisos con su cuerpo como si fueran papel mojado.
El portador de Priscilla cae entonces sobre un fragmento de ventana suspendido en el aire y lo utiliza como trampolín, impulsándose hacia el rascacielos donde se estrelló su rival. Takashi, sin embargo, ya se ha recuperado. De pie y con determinación, incrusta su espada en el suelo.
Al instante, enormes tallos con espinas brotan desde la superficie, retorciéndose como lanzas vivas que se lanzan hacia nuestro protagonista.
Keipi gira sobre sí mismo en pleno vuelo, redirigiendo su trayectoria para aterrizar sobre uno de los tallos. Corre por ella como si fuera una pasarela natural, pero Takashi mueve sus manos y las raíces responden, reconfigurando su trayectoria en una emboscada perfecta.
El agua comienza a rodear la katana de nuestro protagonista. Con un solo movimiento fluido, la hace girar en espiral a su alrededor, cortando sin piedad las raíces que lo amenazan. Entonces, salta con precisión quirúrgica hacia el edificio, dispuesto a continuar la ofensiva.
Takashi arranca su espada del suelo. Al hacerlo, una nueva oleada de pétalos emerge a su alrededor. Se lanza contra su rival con furia renovada, y ambos chocan sus espadas en medio del aire, envueltos en agua y flores como si libraran un duelo en pleno sueño.
Tras el choque inicial, ambos comienzan a intercambiar golpes con intensidad, saltando ágilmente entre los escombros de edificios que flotan en el aire, aún cayendo lentamente al suelo tras la destrucción provocada por su combate.
_______________________
Coliseo.
En las gradas, el entusiasmo era palpable. El combate entre Keipi y Takashi se había convertido en el más intenso de todo el Battle Royale, y el público contenía la respiración con cada movimiento. Lo más emocionante era que sabían algo que los propios combatientes ignoraban: Lovette aún no había sido derrotada, y por ende seguía dentro de la dimensión esperando su oportunidad.
"Keipi... Es increíble..." murmuró Lily, con los ojos brillando de admiración.
"¿Tanto ha mejorado?" preguntó Futao, visiblemente intrigado.
"¡Sí!" exclamó Theo. "Se nota que Yumeki fue su entrenadora personal."
"¿Yumeki?" se sorprendió Shouri. "¿Te refieres a la espadachina más fuerte de toda Akitazawa?"
"¡Claro! ¿Es tan famosa?" comentó Lily, entre asombrada y confundida.
"¡Y tanto!" intervino Futao con entusiasmo. "¡La llaman la emperatriz del Ártico! Una auténtica máquina de combate."
"Sus hazañas han cruzado el vasto planeta hasta llegar incluso a nuestros oídos…" añadió Kanu, cruzándose de brazos. "Saber que uno de vuestros aliados fue su discípulo… me alivia pensar que no participó en nuestro enfrentamiento del cuarto día."
"No sabía que Yumeki era tan conocida..." admitió Theo, rascándose la nuca.
"Si yo soy una leyenda de hace una década…" comentó Shouri con una sonrisa nostálgica. "Ella es, sin duda, una leyenda de la nueva generación."
"Y Keipi… siendo su discípulo…" añadió Kanu, con una mirada seria. "No me cabe la menor duda de que él también lo será."
_______________________
Dimensión.
Un dragón de agua, de tamaño colosal, zigzagueaba entre los edificios, persiguiendo con fiereza a Takashi. Sus fauces abiertas parecían ansiosas por devorarlo. El joven esquivaba como podía, creando plataformas de pétalos en el aire para impulsarse y cambiar de dirección a cada instante.
"Su energía mágica y su control... han mejorado cien veces desde lo que vi en Wisdom..." pensaba Takashi, sudando mientras huía del monstruoso ataque.
De repente, un ventanal estalló a su izquierda. Keipi emergió de un rascacielos, rompiendo el cristal con su cuerpo y blandiendo su espada envuelta en agua, dirigiéndose hacia él a toda velocidad.
"¡Mierda!" alcanzó a pensar Takashi, al ver a su oponente abalanzarse con tanta decisión.
En un solo movimiento, nuestro protagonista moldeó el agua en su espada y creó un látigo acuático que impactó con fuerza en el torso de su antiguo amigo. Takashi fue lanzado violentamente contra una pared y luego cayó sobre un toldo, que amortiguó el impacto y le evitó daños mayores.
"Estoy luchando al máximo… pero no es suficiente. Tengo que llevar esto un nivel más allá." pensó Takashi mientras se impulsaba desde el toldo hasta el suelo.
Keipi no le dio tregua. Rebotó ágilmente en la esquina de un edificio y volvió a lanzarse hacia él con Priscilla, su espada, cubierta en agua. Pero esta vez, Takashi soltó su arma y la dejó caer al suelo. De inmediato, la espada fue absorbida por la tierra, y varias plantas carnívoras gigantes emergieron en su lugar.
Una de ellas se cerró de golpe sobre el cuerpo de Keipi, aplastándolo con sus fauces y estampándolo brutalmente contra la fachada de un edificio. Luego lo arrastró por la pared como si fuera un muñeco de trapo y lo arrojó contra el pavimento.
Las demás plantas no tardaron en abalanzarse. Abrieron sus bocas dentadas, listas para desgarrar, pero Keipi reaccionó con rapidez. Bajo la planta de sus pies formó una delgada plataforma de agua, como una tabla flotante, y la usó para surfear en el aire entre los tallos enemigos, esquivándolos y cortándolos con precisión quirúrgica.
Cada tajo con su espada era certero. Las plantas caían una tras otra, destrozadas por la fuerza del agua y la determinación de su portador.
"Se ha vuelto muy fuerte desde la última vez que nos vimos..." pensó Keipi mientras descendía hacia su rival, con la mirada encendida. "Estoy realmente orgulloso de lo que ha logrado. Pero..." adoptó una postura de combate, firme. "No es suficiente para vencerme."
Nuestro protagonista cayó al suelo con elegancia y, con un tajo descendente al aire, provocó una oleada de filo acuático que emergió desde el suelo y recorrió toda la calle, impactando de lleno en Takashi.
El joven salió despedido hacia atrás, rodando por el asfalto. Su camiseta quedó hecha jirones, revelando su pecho jadeante, marcado por el esfuerzo y el dolor.
Al abrir los ojos, Takashi contempló el inmenso cielo azul que se extendía sobre él. Por un momento, el tiempo pareció detenerse. Su mente, como una ráfaga, recorrió todos aquellos recuerdos de la infancia junto a Keipi: las risas, los juegos... y cómo, con el paso de los años, aquel lazo se volvió más profundo, más doloroso.
Porque mientras él se enamoraba perdidamente de su mejor amigo, siempre sintió que nunca sería lo bastante fuerte... como para que lo mirase a los ojos de verdad.
"No me queda otra..." pensó el joven, levantándose lentamente con ayuda de su espada, Jasper.
"¿¡Estás loco!? ¡No puedes usar eso ahora! ¡El Kami absorberá toda tu energía y estarás al borde de la muerte!" lo reprendió Jasper dentro de su mente.
"¡Me da igual! ¡Quiero ganar! ¡Quiero que me vea... y que se enamore de mí!" pensó Takashi con rabia, obligando a su cuerpo agotado a ponerse en pie.
En la distancia, al notar que el combate aún no había terminado, Keipi apretó el mango de su espada y comenzó a correr hacia él. Sin embargo, una leve distorsión en el espacio-tiempo lo hizo detenerse en seco.
"No... No puede ser..." murmuró.
"Va a hacerlo de nuevo, al igual que antes cuando os coordinasteis" dijo mentalmente Priscilla. "Su Kami..."
"¡MISAKI!" gritó Takashi con todas sus fuerzas, invocando a su aliado divino.
El cielo se quebró. Una grieta dimensional se abrió en lo alto y, desde ella, emergió un gigantesco brazo verde que empuñaba una espada celestial.
"Si es así... ¡No me queda alternativa!" exclamó Keipi, preparándose para liberar el suyo.
"¡PIENSO VENCERTE!" rugió Takashi.
"¡DESPIERTA! ¡KA—!"
Pero antes de que Keipi pudiera invocar a su propio Kami, el espacio volvió a distorsionarse. El cielo azul desapareció, y ambos se vieron arrastrados de nuevo a un plano estrellado, una dimensión que ya conocían de antes.
"¿Este lugar es...?" murmuró Takashi, desconcertado.
Entonces, una gigantesca figura apareció desde las estrellas: era Lovette.
Con una sonrisa en el rostro, la joven dio una poderosa palmada al brazo del Kami Misaki, provocando una explosión sónico-floral. El brazo se desintegró en un estallido de pétalos que se esparcieron por todo el firmamento.
"¡Es Lovette! ¡Sigue consciente!" exclamó Keipi, sorprendido.
La dimensión colapsó, devolviendo a todos a la ciudad, y la manifestación del Kami desapareció por completo.
"¿M-Misaki...?" murmuró Takashi, en shock. "¿Cómo pudo ser destruido tan fácilmente?"
"Estás demasiado débil ya..." susurró Jasper.
De pronto, Lovette cayó entre los rascacielos como un cometa, aterrizando con elegancia frente al monje floral.
"Lo siento, cariño, pero... me viene de perlas aparecer justo cuando estáis exhaustos. ¡Me facilita mucho las cosas!" dijo con una sonrisa burlona, apoyando una mano en el pecho del joven.
Uno de sus tatuajes brilló con intensidad, y al instante, una onda sónica estalló desde su palma, lanzando a Takashi por los aires con una violencia brutal.
"L-Lo siento... Keichiro..." pensó Takashi.
El cuerpo del joven impactó de lleno contra un camión, quedando completamente inconsciente, teletransportado fuera de la dimensión antes de tocar el suelo.
"¡LOVETTE REAPARECE EN EL ÚLTIMO MOMENTO Y DERROTA A TAKASHI!" gritó la presentadora. "¡AHORA YA SOLO QUEDAN DOS PARTICIPANTES! ¿¡EMERALD PALADINS O LOVE GUARDIANS!? ¡HAGAN SUS APUESTAS!"
Keipi observó a Lovette con el ceño fruncido. "Eso estuvo mal" dijo, apuntándole con su espada.
"Puede que sí, moralmente... pero no hice nada fuera de las reglas" respondió ella, encogiéndose de hombros con descaro. "Además, ya lo hice con el chico de acero y con la gruñona de tu equipo. ¿Quién dice que no funcionará contigo?"
"¿Crees que puedes ganarme?" Keipi sonrió, desafiante.
"Sí. A diferencia de ti, yo ni siquiera he usado el diez por ciento de mi energía mágica. Y tú... estás agotado después de tantas batallas, ¿verdad?"
Un aura púrpura comenzó a envolver a Lovette mientras se preparaba para la confrontación final.
"Entonces... ¡acabemos con esto!" gritó Keipi, haciendo brotar agua en espiral a su alrededor. "¡TERMINEMOS ESTE BATTLE ROYALE!"
"¡VEN!" respondió Lovette, alzando su puño al cielo. "¡TE DEMOSTRARÉ QUE LOVE GUARDIANS HA VENIDO A GANAR!"
Continuará...
No hay comentarios:
Publicar un comentario