lunes, 4 de agosto de 2025

Ch. 195 - Nathalie vs Phoné

Interior de la iglesia.

Gretel avanzaba con pasos tambaleantes por los pasillos sombríos, arrastrando los pies como si cada uno pesara una tonelada. Su visión seguía algo borrosa, y su cuerpo, debilitado tras tanto tiempo siendo una marioneta de Sophia, le exigía detenerse. Pero no podía permitirse ese lujo. No ahora.

"Tsk… Si no recuerdo mal, estaba en las plantas más inferiores", murmuró, apoyándose contra la pared para recuperar el aliento. "Y en este estado... tardaré una eternidad en llegar."

El eco de su respiración era lo único que rompía el silencio del templo. De pronto, un recuerdo se clavó en su mente: la activación del Nuevo Testamento. Su magia, su voluntad corrompida, desatando el caos apocalíptico que ahora se extendía por todo el país y que en unas horas cubriría todo el planeta.

Cerró los ojos, frustrado.

"No sé si funcionará...", susurró, apretando los dientes. "Pero si fui capaz de activarlo… quizá también pueda desactivarlo."

Inspiró profundamente, como si con ese aire pudiera inhalar también el valor que le faltaba. Luego, sin volver la vista atrás, echó a andar.

"Debo intentarlo... Debo salvar el futuro..."

Y así, con la determinación quebrada pero firme, Gretel continuó su camino, envuelto en sombras y remordimientos, rumbo al corazón de la locura que él mismo había desatado en contra de su voluntad.

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Plaza de Accuasancta.

"¿Vas a ser tú quien me derrote?" preguntó Phoné con tono burlón mientras se sacudía el polvo del uniforme. "¡No me hagas reír!"

"¡Pongámoslo a prueba, pues!" replicó Nathalie con seguridad, alzando la cabeza con una sonrisa desafiante.

De inmediato, la sombra bajo sus pies se expandió a gran velocidad, envolviendo la plaza con un aura oscura. Con un simple movimiento de brazos, hizo emerger varios látigos de oscuridad, que se lanzaron con precisión quirúrgica hacia la apóstol de las vibraciones.

Phoné evitó el primer ataque con un salto ágil. Para el segundo, giró sobre sí misma y apoyó la palma de su mano directamente sobre el cuerpo de la sombra, descargando una potente vibración en un intento de hacerla estallar desde dentro… pero no ocurrió nada.

"¡Ya veo!" exclamó, entre sorprendida y molesta.

Aquel pequeño instante de distracción fue suficiente. Un nuevo látigo emergió, le atrapó del tobillo y la estampó brutalmente contra una de las estatuas ornamentales de la plaza, rompiéndola en mil pedazos.

"¡¿No deberías estar más atenta?!" dijo Nathalie con burla, observando desde lejos.

Phoné se puso lentamente de pie, escupiendo a un lado y sacudiéndose con calma el polvo de la ropa. No respondió, estaba perdida en sus pensamientos.

"Ya veo… Las sombras, al ser cuerpos etéreos sin forma física, no reaccionan a mis vibraciones internas. No puedo desintegrarlas como haría con el hielo, el fuego o incluso el agua…", reflexionó con frialdad, clavando la mirada en su oponente. "Parece que, al igual que tuve suerte enfrentándome a Terón, ella ha tenido suerte al enfrentarse conmigo. Es prácticamente mi talón de Aquiles… Pero eso no significa… ¡que me vaya a rendir!"

Alzó ambas manos, y el aire a su alrededor comenzó a vibrar con intensidad. Poco a poco, se arremolinó en ellas una masa blanca, como una esfera de energía comprimida por pura fricción.

"¿Qué es eso…?" murmuró Nathalie, frunciendo el ceño mientras elevaba una muralla de sombras como defensa.

Con una sonrisa serena, Phoné disparó la esfera que había materializado.

La semi-demonio actuó al instante, alzando una barrera de oscuridad con el objetivo de protegerse, pero la masa blanca atravesó las sombras como si fueran humo y golpeó de lleno a Nathalie. Por un segundo pareció que no había sido gran cosa… hasta que su cuerpo salió disparado a gran velocidad, rebotando por toda la plaza y dejando un reguero de sangre tras de sí.

"¿Q-Qué ha sido eso…?" murmuró la semi-demonio, con el rostro ensangrentado y la respiración agitada mientras intentaba levantarse.

"Al hacer vibrar las moléculas del aire a alta velocidad genero una especie de energía amasable que sirve como potencia ofensiva. ¡Es mi especialidad cuando trato con oponentes que son un grano en el culo, como tú!" exclamó Phoné con rabia, con los ojos encendidos por la furia.

"Tsk… Tendré que tener cuidado con eso," pensó Nathalie para sí misma mientras se ponía finalmente de pie, limpiándose la sangre del rostro con el dorso de la mano.

Sin perder tiempo, estiró su brazo, y una de sus sombras se alzó en espiral, tomando la forma de una imponente guadaña. Con el arma lista, la joven se lanzó hacia adelante sin dudar.

Corrió por la plaza como una sombra viviente, danzando con la guadaña en mano. Phoné respondió con un salto ágil y disparó varias esferas blancas de vibración concentrada hacia su oponente. Nathalie zigzagueó entre ellas, esquivando con movimientos rápidos, y cuando no pudo evitar una, la cortó con el filo de su arma, haciendo que explotara en el aire.

La semi-demonio extendió su sombra sobre el suelo, haciéndola crecer en todas direcciones. De ella emergieron decenas de filos oscuros, que se alzaron como lanzas, intentando empalar a la apóstol. Phoné dio una palmada en el aire, generando una onda vibratoria que desintegró todas las armas de sombra que se le aproximaban.

Pero justo en ese instante, Nathalie se abalanzó hacia ella desde lo alto, blandiendo su guadaña con fuerza. Phoné apenas tuvo tiempo de impulsarse hacia atrás, y terminó con la espalda pegada a la pared de un edificio. Nathalie aprovechó la inercia del salto y amplió el filo de su guadaña, asestando un tajo diagonal que cortó de lleno el muro tras de ella. El edificio entero comenzó a tambalearse… y luego, a caer hacia atrás.

Sin embargo, Phoné reaccionó a tiempo. Saltó hacia arriba y comenzó a correr por la fachada inclinada del edificio en caída libre, disparando desde sus manos una nueva ráfaga de esferas de vibración.

Nathalie no se quedó atrás. Se reincorporó con un salto ágil y ascendió por la misma fachada, esquivando los proyectiles o partiéndolos por la mitad con su guadaña. Las dos se encontraron en mitad del edificio en descenso, intercambiando golpes en una coreografía violenta y frenética de sombras y vibraciones.

Bloqueos, explosiones, estocadas y cortes se sucedían sin tregua, hasta que finalmente ambas saltaron a la vez desde la terraza del edificio.


"Hacía mil que no me sentía tan viva," sonreía Phoné, disfrutando el combate por primera vez en décadas.

Mientras seguían intercambiando golpes en el aire, la apóstol no pudo evitar que su mente divagara, recordando fragmentos de su vida.

Había nacido por accidente. Sus padres, víctimas de un momento de irresponsabilidad, la trajeron al mundo sin desearlo realmente. Y aunque la criaron, actuaban la mayoría del tiempo como si no existiera.

Pero no era solo en casa. También fuera de ella era invisible. Nadie la miraba, nadie la nombraba, nadie la reconocía. Así que un día, simplemente decidió hacer lo mismo: ignorar al mundo. Se colocó los auriculares… y dejó que la música guiara el resto de su existencia.

Descubrió que las canciones podían transformar por completo la percepción del mundo: hacían el dolor más llevadero, los días más soportables, los silencios menos solitarios. Se convirtió en un fantasma urbano, siempre al margen. Y, de alguna manera, creía que estaba bien así.

Hasta que Aspasia apareció.

Un día, en plena calle, la suma sacerdotisa la miró… la señaló… y la reconoció. Por primera vez, alguien la vio. Y Phoné rompió a llorar. No por tristeza, sino por haber sido rescatada de aquella burbuja opaca donde la sociedad la había encerrado.

Fue tal la emoción de sentirse alguien, que juró lealtad a Aspasia sin siquiera pensarlo. Se formó en el credo, ascendió entre sus filas y, con los años, se convirtió en una de sus apóstoles. Pero desde entonces, jamás había disfrutado de un enfrentamiento.

Hasta ahora.

Impulsada por esa llama olvidada, se separó de Nathalie en pleno aire, juntó ambas manos y comenzó a condensar una enorme bola de energía vibratoria. En cuestión de segundos, aquella masa tomó la forma de una gigantesca calavera vibrante y brillante.

"¡SKULL WAVE!" gritó, lanzando el ataque con precisión mortal.

Nathalie reaccionó al instante, agrandando su guadaña oscura para interceptarla. Pero esta vez, su sombra no fue suficiente. La calavera atravesó la oscuridad como si nada, desintegrándola al contacto. Las vibraciones eran tan intensas, tan puras, que superaban incluso a la oscuridad misma.

El impacto fue brutal. La calavera golpeó de lleno a la semi-demonio, estampándola contra el suelo con una violencia que hizo temblar toda la plaza.

"Y aquí… llega el final de la bestia oscura," comentó Phoné con voz calmada, aterrizando con gracia sobre la punta de una farola.

Pero entonces, una oleada de energía emergió del cráter donde había caído Nathalie.

"¡FORMA DEMONÍACA!" gritó la joven, disipando la humareda al liberar su verdadero poder. De su cuerpo brotó un aura maldita, oscura y majestuosa, alterando su aspecto al mismo que vimos en Phaintom.

Phoné arqueó una ceja. "Vaya… Parece que aún tienes ganas de más."

"Ya te lo dije," respondió Nathalie mientras la oscuridad latía a su alrededor. "Las tías chulísimas no conocemos lo que es la derrota."

Y con una sonrisa desafiante, le volvió a sacar la lengua.

Continuará…

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