Tras combinar sus habilidades en un intenso combate contra Kitpat dentro del laberinto de corrientes y derrotarlo, Keipi y Kanu se acercan finalmente al lugar donde yace la Máscara del Agua.
El trozo de hielo sobre el que surcaban las aguas veloces los llevó hasta una sala distinta. Tras cruzar un portón de madera teñida de violeta, el rugido del agua se desvaneció poco a poco, hasta convertirse en un susurro. Frente a ellos se extendía un estanque tranquilo, cuyas aguas reflejaban la luz tenue que filtraban los muros.
