Mientras Keipi decidió quedarse atrás para enfrentarse a la arcana Angemika, Kevin y Lily lograron llegar al lugar de donde provenía la energía de Marco: la gran cocina del castillo. Para su sorpresa, el único presente era Ricardini, quien seguía cocinando como si nada estuviera ocurriendo.
El sirviente y el hada se detuvieron, atónitos.
"¿Qué haces aquí con todo el caos que hay afuera?" preguntó Kevin, incapaz de comprender su actitud.
"Puede ser peligroso que te quedes aquí." le advirtió el hada, con un tono cargado de preocupación por el señor.